El Sitio prioritario comprende un sistema hídrico con clima del tipo oceánico con influencia mediterránea (Di Castri & Hajek, 1976), presentando una temperatura media anual de 12° C y una precipitación media anual de 1.553 mm. Es un sector con alta pluviosidad debido a su posición oceánica y por su ubicación en el paso por depresiones barométricas asociadas al frente polar (CONAMA IX, 2003).
La ocupación territorial en el área en general es baja a media, los valores máximos se distribuyen en la zona central, Quitratue – Donguil, en los centros urbanos Gorbea, Quitratue y Lastarria y su conectividad. Otra zona donde se incrementa el índice a valores máximos es en el sector de Huiscapi – Camino Villarrica, en la zona Suroriente. En general los bosques y humedales presentan una baja presión en lo que respecta a este índice (CONAMA, 2002 [275]).
En general la zona de Oriente (Donguil) esta completamente deforestada, pudiendo apreciarse que gran parte de los cauces carecen de protección, es más la presencia de bósques es relativamente escasa. La zona centro del área (Donguil-Quitratue), presenta una marcada presencia de plantaciones forestales en las zonas más altitudinales, a ello se agrega la presencia de los centros urbanos de Gorbea, Quitratue y Lastarria, cercanos a los cursos de agua. Respecto a la zona Poniente, se puede apreciar que hay un fuerte componente de humedales asociados a bosques húmedos de baja altura, principalmente asociados a los cursos de agua. La presencia de plantaciones forestales en esta zona tiene una marcada continuidad tanto en el límite Poniente como en la zona Sur, Las zonas de praderas están asociadas a las zonas centrales y desembocadura o salientes del río Mahuidanche (CONAMA, 2002).
Los cauces presentes en el área (cercanos a Gorbea, Quitratue y Lastarria) carecen de protección, siendo esta situación la amenaza que se clasifica con un muy alto nivel de impacto “importancia” en el área y que se ve reflejada en la eliminación de la cubierta vegetal arbórea y arbustiva nativa asociada a los ríos y arroyos “quebradas”. La remoción de la vegetación ribereña y de quebradas estaría afectando seriamente a todos los objetos de conservación y su biodiversidad asociada en el sector, y en especial al Huillín (Lontra provocax), ya que éste depende en gran medida de la calidad de su hábitat (aguas limpias, abundante vegetación ribereña, alimento, etc. ). Por otro lado, al ser esta actividad una práctica habitual en el área, la perdida de suelo por erosión fluvial es cada vez más mayor. Las motivaciones que llevan a los propietarios a eliminar la cubierta vegetal ribereña es el mantener un río más “limpio” para evitar plagas de roedores, habilitar espacio para que el ganado vacuno pueda acceder a beber agua, “eliminar peligros” para los niños y evitar que árboles o restos leñosos caigan al río y produzcan posteriores embancamientos (CONAMA, 2002).