VARIACIÓN INTERANUAL DEL CLIMA
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Es reconocido que el cambio climático influye directa y negativamente sobre los bosques del planeta. El cambio en las variables físicas como aumento en la temperatura, períodos de sequía más intensos, variaciones en el patrón de distribución espacial y temporal de las precipitaciones, junto a la disminución de los volúmenes de humedad, son las expresiones más tangibles del cambio climático.
Para el caso del ruil una menor precipitación deriva en un déficit hídrico lo que implicaría una menor capacidad de recarga de la napa freática y menor retención de agua en el suelo. Los períodos cortos de humedad generan como respuesta de la planta una menor floración y consiguiente menor formación de frutos. Los períodos prolongados de altas temperatura del aire provocan pérdida de agua en los brotes, así como una baja retención de flores y frutos, lo cual baja la tasa reproductiva de la especie. Por otro lado, un prolongado calentamiento del aire aumenta las tasas transpiratorias contribuyendo a una modificación del microclima interno del bosque con un descenso de la humedad relativa. Este calentamiento afecta también la tasa de reclutamiento por cuanto se acorta la vida de las plántulas y con ello disminuyen las posibilidades de establecimiento de nuevos individuos en las poblaciones. Además, la variación interanual del clima puede traer como consecuencia la generación de condiciones favorables para el ingreso de especies del tipo esclerófilo al interior de los bosquetes o invasiones biológicas de otro tipo que pueden afectar a la flora nativa que participa en la composición original de los parches de ruil.
El ruil, al igual que otros árboles, es de lento crecimiento, con lo cual la adaptación al cambio climático es también lenta. Esto implica que se requiere un período prolongado de aclimatación a estas nuevas variables climáticas.
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PRÁCTICA FORESTAL INADECUADA
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La práctica forestal es una amenaza que afecta al ruil debido a que los planes de manejo de plantaciones forestales carecen de medidas adecuadas en aspectos tales como métodos de cosecha de volteo y madereo, consideraciones precautorias para el manejo del fuego en áreas con presencia de ruil, reducción de la densidad de poblaciones y regeneración de pinos, entre otras. Todas estas prácticas inadecuadas conducen a favorecer la generación de incendios, aumento de la fragmentación y aislamiento de los fragmentos de bosque nativo, todo lo cual afecta negativamente procesos ecológicos como la movilidad del polen y dispersión de las semillas. Por otro lado, la reducción de tamaños de parche y el aislamiento entre ellos, favorece además la endogamia derivando a futuro en un empobrecimiento de la variabilidad genética. Otros manejos como el roce y fuego dirigido a la limpieza de terrenos para las plantaciones, y los manejos en la cosecha forestal, como el volteo a madereo, podrían causar daño a algunos individuos de ruil, prácticas que se realizan casi en su totalidad por pequeños propietarios.
Además de los planes de manejo forestal es necesaria la implementación de planes de manejo para la preservación. Esta conclusión surge del diagnóstico realizado en la consultoría “Sistematización de antecedentes y formulación de una propuesta de plan de recuperación, conservación y gestión de la especie arbórea ruil (Nothofagus alessandrii), región del Maule” (MMA 2014). En este estudio, los fragmentos catastrados se encuentran en estado de abandono por cuanto no se aplica en ellos medidas de control de especies invasoras. Tampoco cuentan con franja de amortiguación entre el borde del fragmento y las plantaciones o caminos.
Si bien en viveros privados o estatales se constata un esfuerzo por reproducir esta especie, no se cuenta, en la actualidad, con protocolos estándar de trazabilidad y monitoreo de las acciones de reintroducción de las especies en sitios degradados o empobrecidos. Los esfuerzos realizados han sido aislados, quedando estas iniciativas a esfuerzos puntuales de privados, lo que resulta loable, pero que no mejoran la condición de la especie, sus poblaciones o su hábitat.
Esta amenaza tiene factores contribuyentes tales como la insuficiente fiscalización de los planes de manejo, escasos programas de asistencia técnica a pequeños propietarios, escasos incentivos e instrumentos para favorecer la conservación de la especie, imperfecta certificación forestal, legislación inadecuada para proteger ruil, deficiente planificación territorial y escasas áreas protegidas con protección oficial y efectiva.
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INCENDIOS FORESTALES
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Las poblaciones de ruil se encuentran rodeadas de una matriz forestal, cuya densidad y cobertura son material de combustión con rápida propagación del fuego tanto a nivel de copa como bajo el dosel. La generación de incendios que afecten a las plantaciones aledañas a las poblaciones de ruil es una amenaza que podría reducir significativamente el área de ocupación de la especie. Estos eventos se presentan generalmente en el período estival, cuando las temperaturas son altas, la humedad relativa baja y las poblaciones se encuentran en estado de estrés hídrico, lo cual las dispone como material combustible facilitando la extensión de los focos de incendio. Esta amenaza directa sobre las poblaciones de ruil, tiene como factores contribuyentes la extensa matriz productiva forestal, prácticas tradicionales de quemas de residuos agrícolas y forestales, vandalismo y turismo irresponsable que propician la ocurrencia de eventos. Aunque en la Región del Maule se realizan esfuerzos para prevenir y reducir los riesgos de incendios forestales, estos habían mantenido su frecuencia e impacto sobre el territorio hasta enero de 2017, año en que sucedieron los mayores eventos de fuegos registrados en la zona centro sur del país, y que afectaron una parte importante de la superficie de distribución del ruil, estimándose que aproximadamente el 52% de la superficie conocida con ruil (unas 180 has de 350 has total) fue afectada por el fuego.
Producto de los incendios, una amenaza que surge como potencialmente relevante es la posibilidad de que bosquetes de ruil afectados por incendios sean remplazados por plantaciones forestales o por otras actividades agropecuarias. Esto es potencialmente crítico en predios de pequeños propietarios, los que no tendrían los incentivos ni recursos para recuperar los rodales afectados, así como tampoco de controlar la invasión de pinos debido a la colonización por semillas que éstos tendrían.
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GANADO DOMÉSTICO
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Se identificó al ganado doméstico como una fuente de amenaza que provoca daño en la configuración interna de los rodales de ruil. Estos agentes perturbadores, principalmente equinos, bovinos, caprinos, ovinos y porcinos producen daño estructural por el ramoneo y pisoteo lo que además de pérdida directa de vegetación provoca compactación del suelo. La amenaza por ganado doméstico se debe a prácticas ganaderas tradicionales, sin consideraciones ambientales, que se originan por la necesidad económica de los pequeños productores y lugareños.
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FLORA Y VEGETACIÓN EXÓTICA INVASORA
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La flora exótica coloniza los fragmentos de bosque nativo con ruil y modifica la composición del bosque. En una matriz de plantaciones de especies exóticas y ante la falta de medidas de control, los fragmentos de remanentes de ruil están siendo invadidos por especies forestales como el Eucalyptus globulus, y diversas especies alóctonas, como aromo (Acacia dealbata), rosa mosqueta (Rosa rubiginosa), mora (Rubus ulmifolius), lluvia de oro (Teline monspessulana), entre otras. De estas especies, el aromo sería una de las amenazas más serias por su éxito reproductivo, establecimiento alto y rápido crecimiento que a la larga modifican la fisonomía y la estructura de los fragmentos de ruil. Esta especie se encuentra generalmente al costado de caminos por lo que se presume que su avance es propiciado por el traslado y movimiento de áridos, el cual no contempla en su regulación el control de semillas de especies exóticas invasoras. Aunque nativa, otra especie identificada como invasora para los rodales de ruil es la quila (Chusquea spp). Especies de este género colonizan rodales degradados, luego de la cosecha forestal y posterior abandono. Las especies C. cumingii y C. quila se desarrollan en densos e interminables matorrales marginales, ocupando posteriormente el sotobosque o claros del bosque. Su cobertura y persistencia foliar impiden la regeneración natural de N. alessandrii, tanto de tocón como de semillas (CONAF 2009).
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CORTA NO AUTORIZADA
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La corta ilegal de ejemplares de ruil se practicó en individuos maderables, para la obtención de estacas, postes y en algunos casos carbón y leña. La presión de esta amenaza ha disminuido a causa de las plantaciones forestales que viene a resolver la necesidad de estos materiales para el uso cotidiano por parte de las personas que hacían uso de esta especie. Sin embargo, a causa de la desprotección y accesibilidad, las poblaciones están aún expuestas a cortas furtivas de ejemplares, que es favorecida por la insuficiente fiscalización, escasa sanción y la existencia de un mercado informal de madera nativa para leña y cercos.
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COLONIZACIÓN BIOLÓGICA POR PINOS, PINUS RADIATA
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Los fragmentos de ruil se ven invadidos por especies forestales como Pinus radiata, esto debido a la existencia de una matriz de estas plantaciones que rodean estos fragmentos nativos, sumado a la escasez o ausencia de control de la colonización de especies exóticas. La dispersión anemófila de las semillas de pino ayuda a que éstas puedan alcanzar nuevos sitios dentro de los rodales, creciendo sus plántulas mezcladas con las de N. alessandrii, desplazando paulatinamente a las nativas en crecimiento y cobertura. El éxito reproductivo, establecimiento y rápido crecimiento del pino, dentro de rodales de ruil, representa una de las amenazas de mayor importancia por cuanto puede modificar la fisionomía y estructura de los parches de ruil. El pino se ha establecido de manera abundante en toda el área costera de la Región del Maule, superponiéndose inclusive al área natural de Nothofagus glauca. En así como en toda el área de distribución del ruil, la vegetación circundante en su mayoría, corresponde a esta conífera.
Un factor que contribuye a la invasión es el abandono observado de los predios. Según la información actual del régimen de propiedad de los remanentes de ruil a lo largo de su distribución, el abandono radica especialmente en los pequeños propietarios, lo que trae como consecuencia predios sin planes de manejo que permitan el control del pino, por lo que su colonización se ve favorecida. Este abandono se presume se debe a que, si bien hay incentivos como los indicados en la ley de bosque nativo (Ley 20.283) en su Título IV, Art. 23, éstos no son suficientes para la conservación por parte de los pequeños propietarios, o los terrenos provienen de sucesiones de tierras en donde la identificación de los Títulos de dominio es una complicación más para poder intervenir en estos predios y hacer control de los pinos. Además, no existe una política de estímulos que incentive la intervención de los fragmentos y contribuya a mejorar la conservación de la especie y sus poblaciones. Todos estos factores generan una condición de abandono, insensibilidad e indiferencia por el cuidado de esta especie y su hábitat.
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