SUBDIVISIÓN PREDIAL CON FINES RESIDENCIALES
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El creciente aumento de demanda de terrenos con fines residenciales en áreas con presencia potencial de Gruñidores está provocando una presión sobre el hábitat de las especies. Tal es el caso de la proliferación de parcelas de agrado en sectores de laderas de bosque y matorral nativo, las que generan un impacto sobre la calidad del hábitat de los Gruñidores, debido a prácticas como la corta de vegetación nativa (sin plan de manejo), la introducción de especies exóticas (perros, gatos), la construcción de caminos interiores, la tenencia irresponsable de mascotas y las malas prácticas en el uso del fuego. Un reflejo de esta amenaza se observa en diferentes territorios de los Gruñidores, tal es el caso del condominio Parque Cantillana (ex Alto Laguna) vecino de la Reserva Natural Altos de Cantillana, el cual corresponde a una subdivisión predial tipo parcelas, con construcción de viviendas que se ubican en laderas y sectores de quebrada con abundante vegetación nativa asociada al bosque esclerófilo, hábitat reconocido en el sector por la presencia de P. valeriae. Esta subdivisión se encuentra al margen de la planificación urbana de la comuna de Paine, en un área sólo regulada por el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), reconocida como un área de preservación ecológica.
En el otro extremo del macizo de Cantillana, en la Región de O’Higgins se observan en distintos sectores subdivisiones prediales con fines residenciales, las que están emplazadas sobre laderas, algunas de ellas aledañas a áreas protegidas con registro de P. valeriae, por lo que se podría presumir que se encuentran ubicadas en áreas con presencia potencial de Gruñidores; tal es el caso de sector denominado Hijuela del Medio – Quebrada Los Calabozos, aledaño al Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui, donde se subdividió el terreno para la habilitación de espacios para la instalación de viviendas, donde además se realizan actividades ganaderas de menor escala. Una situación similar se observa en el sector Rinconada de Parral – Quebrada los Canelos. Cabe destacar que ambos sectores sujetos a ocupación humana se encuentran fuera del límite urbano comunal.
Por otro lado, en la zona cordillerana del cajón del río Volcán, en la localidad de Lo Valdés se observa la existencia de subdivisiones prediales de tipo parcela en áreas próximas a sitios con registro de P. volcanensis, incluso con construcciones de hotel y cabañas, las que exceden lo establecido en la normativa territorial, al encontrarse en un “área de preservación ecológica”, según lo establece el PRMS.
Es importante destacar que los efectos negativos asociados a esta amenaza se intensifican por la falta de un ordenamiento territorial con consideraciones ecológicas (p.e. planificación ecológica), así como las dificultades de fiscalización y sanción ante la vulneración de los instrumentos de planificación existentes. Calificación de la amenaza: media.
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REEMPLAZO DE BOSQUE NATIVO POR PLANTACIONES AGRÍCOLAS
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Las plantaciones agrícolas como frutales y viñas están avanzando desde el valle hacia las laderas de los cerros y sectores de quebradas, reemplazando la matriz de vegetación nativa, provocando impactos asociados a la fragmentación y pérdida de hábitats potencial para los Gruñidores. Cabe señalar que las plantaciones agrícolas no tipifican como proyectos que ingresan al SEIA, por lo tanto, no es posible comprometer medidas de reparación, mitigación ni compensación, y sólo se requieren permisos sectoriales (muchas veces sin consideraciones ambientales). A lo anterior se debe sumar como factor contribuyente a esta amenaza la existencia de incentivos para el riego tecnificado (riego por goteo) y las técnicas de cultivo en laderas.
Este avance de la frontera agrícola se observa en sectores del macizo montañoso de Cantillana (hábitat potencial de P. valeriae), particularmente en las comunas de Coltauco, Doñihue, Las Cabras y Peumo. Algunos ejemplos de ello se registran en el sector Los Bronces - Quebrada El Labradero (comuna de Coltauco) donde se emplazan plantaciones de frutales para exportación; en el sector La Rosa y Cornellana (comuna de Peumo), se han habilitado terrenos sobre laderas de cerros para plantaciones de monocultivos de paltos.
Es importante mencionar que hay un aspecto que no ha sido evaluado en este Plan, pero que surgió como inquietud, y que tiene relación con el posible efecto de agroquímicos utilizados en este tipo de plantaciones sobre la disponibilidad de presas para los Gruñidores (artrópodos). Calificación de la amenaza: alta.
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PROYECTOS DE INVERSIÓN CON Y SIN EVALUACIÓN AMBIENTAL
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El emplazamiento de proyectos de inversión en áreas con presencia de Gruñidores genera una presión sobre las especies, cuya principal consecuencia es la fragmentación y la destrucción de sus hábitats. En este contexto, se reconoció como factor contribuyente a esta amenaza, que la evaluación de impacto ambiental a que se han sometido proyectos, como por ejemplo los mineros, dicha evaluación no ha sido lo suficientemente acertada, ya sea por la falta de información sobre aspectos esenciales de las especies y sus hábitats (como su distribución y ecología), o por la falta de información y rigurosidad en la caracterización de los componentes asociados a la fauna, lo que sin duda deriva en una evaluación incompleta. Sumado a lo anterior, la falta de fiscalización a los proyectos en ejecución contribuye a consolidar una evaluación deciente, considerando todo el ciclo del proyecto (construcción, operación y cierre), lo cual no permite que se haga un seguimiento adecuado de las medidas de manejo ambiental de prevención, mitigación, reparación y compensación establecidas en cada Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
A este respecto, es importante mencionar que, en áreas con registro de Gruñidores, así como en áreas con presencia potencial de las especies se identificaron mayoritariamente proyectos mineros, los cuales cuentan con Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Lo anterior se relaciona con: exigencias ambientales débiles en cuanto a la modalidad de ingreso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA); la escasa información presentada para en la caracterización del componente fauna, vinculado a un esfuerzo de muestreo mínimo destinado al levantamiento de información en terreno; la casi nula participación de especialistas en la búsqueda de este género (Pristidactylus); y, el sesgo que existe sobre la distribución conocida de las especies, ya que erróneamente persiste la noción que sólo se asocia a bosques de Nothofagus, debido a la falta de registros documentados de las especies, que permitan tener una mayor certeza de sus áreas de distribución, entre otros aspectos. Estas debilidades del sistema inciden de forma directa en la evaluación de los proyectos y sus impactos.
En relación a los proyectos evaluados en el SEIA, y que actualmente se encuentran en operación, cabe mencionar a los proyectos desarrollado por la Minera Florida (MF), la cual cuenta con operaciones en un área de presencia de P. valeriae. Éstas se relacionan con la explotación de mineral (principalmente oro), establecimiento de un botadero de estériles y un depósito de relave, actividades que han sido evaluadas en el SEIA desde el año 1995 a la actualidad. Pese a ello, sólo en el proceso de evaluación del proyecto “Depósito de Relaves en Pasta Minera Florida” se realizaron hallazgos de la presencia de P. valeriae en las inmediaciones del botadero de estériles, en un ambiente de bosque esclerófilo, debido a los antecedentes que disponía uno de los organismos evaluadores. A partir de este hallazgo la Minera comprometió la realización de un estudio para la especie (Duarte 2015).
En la actualidad MLF tiene un proyecto en evaluación, donde han reconocido la presencia de P. valeriae en el área de influencia del proyecto, por lo que deberían considerar medidas orientadas al resguardo y protección de la especie.
Por otra parte, también se identificaron actividades extractivas en áreas con presencia potencial de las especies, las cuales no cuentan con una evaluación ambiental, es decir, sin RCA. Un ejemplo de ello es una extracción de áridos en el cajón del río Volcán que intervino una ladera con cipreses de la cordillera (Austrocedrus chilensis), en un área con presencia potencial de P. volcanensis, por cuanto ésta se ubica cercana a la población conocida de la especie (localidad tipo).
Otra situación similar se registra en la zona de Chicauma, lugar donde se observan en las laderas de cerros actividades extractivas asociadas a pequeña minería, la cual genera impactos a través de intervenciones, como el acopio de material y la construcción de caminos, provocando una presión sobre el hábitat potencial de P. alvaroi, disminuyendo la calidad de su hábitat.
También se reconocen en el área de alcance del Plan, en sector con presencia potencial de las especies, la existencia de proyectos que no tipifican para ingresar en el SEIA, como por ejemplo proyectos agrícolas, turísticos (hotel y cabañas), instalación de antenas de telefonía, los cuales van contribuyendo a disminuir la calidad del hábitat para las especies, al sumar amenazas y presiones derivadas de su construcción y operación. Calificación de la amenaza: alta.
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PRESENCIA DE GATOS Y PERROS
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En las áreas rurales los perros y gatos tienen una vida libre, es decir, no se encuentran confinados en sus hogares, teniendo oportunidades de explorar más allá de su propio territorio, por lo pueden llegar a constituirse en una amenaza significativa para las áreas naturales, sean protegidas o no. Es conocido que tanto perros como gatos adquieren conductas depredadoras y de hostigamiento sobre la fauna silvestre (persecución). Los gatos son cazadores innatos, no por necesidad de alimentación sino por su naturaleza en sí. Igualmente, los perros domésticos cuando actúan en conjunto con otros perros desarrollan su instinto cazador, ya sea por juego o por disputar la jerarquía.
Si bien la presencia de perros en sitios de distribución de lagartos Gruñidores no ha sido estudiada de forma específica, es posible, inferir su presencia a partir de registros en trampas cámaras al menos en áreas de distribución conocida de P valeriae. En un estudio realizado para evaluar interacción entre perros y zorros en la localidad próxima a la Reserva Natural Altos de Cantillana, se evidenció la presencia de perros al interior tanto de la Reserva como de la parte alta, donde se emplaza el Santuario de la Naturaleza de Altos de Cantillana, el cual presenta hábitats adecuados para P. valeriae, mostrando que los perros se alejan hasta 8 km de caminos y áreas iluminadas (Astorga, 2015).
Es importante mencionar que uno de los principales factores que contribuye a la existencia de esta amenaza es la tenencia irresponsable de mascotas, donde los tenedores de éstas no se hacen cargo ni de su confinamiento ni del control reproductivo, favoreciendo un aumento sostenido de la población canina y felina.
Por otro lado, la falta de información y sensibilización de la población sobre los efectos negativos de las mascotas de vida libre o de mascotas abandonadas, han propiciado que exista una presión permanente en las áreas rurales sobre la fauna nativa. Sumado a lo anterior, se detectó una débil capacidad de fiscalización por parte de la autoridad competente, lo que redunda en las malas prácticas por parte de los tenedores de mascotas. Calificación de la amenaza: baja.
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PRESENCIA DE GANADO
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Uno de los principales problemas de la presencia de ganado en áreas naturales, es el ramoneo que realiza el ganado sobre lo brotes nuevos de vegetación, dificultando su crecimiento. Sumado a lo anterior, se modifican los cursos de agua para proveer de este recurso al ganado, generando un impacto directo sobre el bosque. Dichos impactos afectan el hábitat de los Gruñidores, quienes dependen de forma directa de la regeneración del Bosque. En este sentido las áreas naturales sirven como lugares de forrajeo del ganado, con o sin pago de talaje, y muchas veces la actividad ganadera se considera como actividad económica de segunda opción para familias rurales, siendo el ganado una fuente de ingreso directa o bien un sistema de ahorro. Es importante mencionar que, ligado a la presencia de ganado, se suman las prácticas culturales de los arrieros, quienes hacen fuego con los troncos caídos, algunos de ellos son madrigueras o refugios de Gruñidores, además dejan restos de residuos como botellas, latas, entre otros.
Cabe destacar que en los Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana donde están presentes los Gruñidores (Altos de Cantillana, Cerro el Roble), se están haciendo esfuerzos por parte de las administraciones para ordenar y controlar el ingreso del ganado como de los arrieros; por ejemplo, con la instalación y reforzamiento de cercos perimetrales, así como con la autorización respectiva. Sin embargo, aún hay debilidades en el control de acceso del ganado, debido a la baja capacidad de vigilancia, la dificultad para la instalación de cercos perimetral, así como también por la dificultad dada por la geomorfología de las áreas (altas cumbres, sectores de quebradas, etc.).
En relación con la práctica ganadera es importante mencionar que en la Región de O’Higgins se destaca por existir una arraigada tradición arriera8 en la población, quienes realizan un uso intensivo de los cerros que mantienen vegetación nativa, en el macizo de Cantillana, muchas veces sin regulación en cuanto a la cantidad de ganado, ni de los sectores usados para el talaje. Calificación de la amenaza: media.
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INCENDIOS FORESTALES
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En los últimos años se ha visto un incremento en la ocurrencia de los incendios forestales en áreas naturales de la zona central, afectado el hábitat de los Gruñidores, provocando la pérdida directa de sus refugios, madrigueras, áreas de alimentación, y posiblemente algunos ejemplares. En este contexto, las poblaciones de P. valeriae y P. alvaroi han estado mucho más expuestas a esta amenaza que P. volcanensis, principalmente porque las dos primeras tienen una dependencia directa del bosque caducifolio y esclerófilo asociado a la Cordillera de la Costa, la cual está altamente intervenida por la ocupación humana, ya sea por la ubicación de centros poblados, como por plantaciones agrícolas.
En cuanto a P. alvaroi, una de las zonas más afectadas por los incendios ha sido el sector denominado Altos de Chicauma, el que ha tenido incendios recurrentes, en la última década; registrándose en noviembre del año 2016 uno de los incendios más grandes, el que consumió un total de 1.993 ha (comunas de Lampa y Til Til). El último incendio registrado en esta zona fue noviembre de 2019, quemando una superficie de 148 hectáreas de vegetación de una de las quebradas con presencia del Gruñidor de Álvaro.
Por su parte, las poblaciones de P. valeriae circunscritas al macizo montañoso de Cantillana, emplazado entre las Regiones Metropolitana y de O’Higgins, se han visto fuertemente presionadas por la ocurrencia de incendios forestales, los que han afectado tanto áreas protegidas con registros de la especie como áreas naturales sin protección y que podrían ser un hábitat potencial de este Gruñidor, dada su distribución conocida a la fecha.
Es importante mencionar que este macizo se caracteriza por presentar elevadas pendientes, con quebradas cubiertas por vegetación de matorral y bosque, lo que sin duda genera dificultades al momento de realizar las labores de combate de incendios; sumado a ello, el desarrollo de vientos locales ha favorecido el rápido avance y propagación hacia las zonas altas de las diferentes microcuencas que conforman este macizo.
En este escenario es importante hacer una especial mención a los incendios forestales ocurridos en la zona centro sur del país en el período 2016 – 2017, en la denominada “tormenta de fuego” que afectó grandes extensiones de bosque nativo (y de plantaciones forestales). A este respecto, la CONAF, en 2017, en sus reportes señala que “el 93% de las 518.174 ha afectadas por los incendios forestales ocurridos entre el 1 de enero y 10 febrero de 2017, corresponde a formaciones vegetales”, de las cuales alrededor de 89.347 ha se asocian a bosque nativo. Particularmente en este mismo período, para las Regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins se registró un total estimado de 53.000 ha quemadas de bosque nativo, subtipo forestal: esclerófilo, espino, peumo-quillay-litre, frangel, roble del norte, roble-hualo.
Parte importante de estos incendios forestales afectaron áreas de alto valor en biodiversidad, como Santuarios de la Naturaleza, áreas protegidas del SNASPE, Sitios Prioritarios e iniciativas de conservación privada. Uno de los casos emblemáticos por su extensión y afectación de un área protegida, fue el incendio forestal denominado “Talami”, en la comuna de Alhué, que quemó una superficie total de 8.555 ha, ingresando por la parte alta a la Reserva Nacional Roblería del Cobre de Loncha, quemando alrededor 120 ha. Sumado a lo anterior, se registraron “incendios de gran magnitud”, algunos de forma simultánea, en distintos puntos de las tres (3) regiones.
En este mismo sentido, la Reserva Natural Altos de Cantillana5 también registra incendios forestales en los años 2010, 2012 y 2018. Los tres últimos incendios registrados en el año 2012 (1) y 2018 (2) se iniciaron fuera de la Reserva, el primero en un condominio privado, los otros dos en predios agrícolas. De los incendios del año 2018, el primero de ellos ocurrió en marzo de 2018 consumiendo un total de 333 ha, de las cuales el 10% corresponde a superficie que protege la Reserva; en tanto el segundo se registró en diciembre de 2018, en el Fundo Santa Rosa, quemando un total de 290 ha, el incendio afectó vegetación de bosque esclerófilo y logró ingresar a la Reserva, quemando una superficie estimada de 8 ha.
Parte de los factores que han contribuido a este aumento, derivan de tensores naturales como por ejemplo la sequía prolongada y la ocurrencia frecuente de olas de calor que están afectado a la zona central, así como las malas prácticas de las actividades humanas. Dentro de estas últimas, se encuentran las actividades asociadas al turismo no controlado e irresponsable, las quemas agrícolas, el acopio de material combustible (guano de animales de abasto), algunas acciones de vandalismo (pirómanos), y prácticas culturales de los arrieros6, quienes usualmente hacen fuego con el material de “deshecho” del bosque (troncos caídos, usados por los Gruñidores como madriguera y/o refugio), algunos conflictos sociales (tomas de terreno, las plantaciones ilegales de marihuana) y la falta de una rápida y oportuna respuesta al momento de la ocurrencia de un incendio, así como la escasa prevención sobre la materia.
Sumando a lo anterior, otro de los factores que contribuye a la amenaza de ocurrencia de incendio forestal es la utilización de velas encendidas en lugares de culto no formales (gruta de virgen, animita u otro), a modo de ofrenda. Ejemplo de ello, es lo que ocurre en algunas áreas protegidas donde se ha dado el caso de la instalación de grutas, para venerar a la virgen, dejando a veces velas encendidas, sin ningún tipo de resguardo. Esta situación ha sido observada al interior de la Reserva Nacional del Cobre de Loncha y al interior del Santuario de la Naturaleza Cerro El Roble.
Recientemente, en diciembre de 2019 se registró un incendio forestal en la comuna de Coltauco, el cual afectó una superficie estimada de 496 ha. Si bien el incendio no logró ingresar a áreas protegidas (Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui y a la Reserva Nacional Roblería del Cobre de Loncha) afectó áreas con presencia de P. valeriae en el sector de Quillayquen. Calificación de la amenaza: muy alta.
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EXTRACCIÓN DE TIERRA DE HOJA
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Esta actividad provoca una alteración significativa en la calidad del hábitat de las especies, debido a que se modifica de forma directa la capa orgánica superficial del bosque, la hojarasca tiene un rol fundamental en la mantención de la humedad y la temperatura del suelo, así como en la germinación de las semillas y en la sobrevivencia de las plántulas. Su extracción favorece los procesos de erosión y compactación del suelo, además de generar pérdidas significativas de nutrientes del suelo, la alteración de las comunidades bióticas y la alteración en los patrones de retención de humedad del suelo. A este respecto esta amenaza altera la calidad del hábitat en cuanto a la regeneración y mantención del bosque, así como a la destrucción de madrigueras de estos lagartos.
La extracción de tierra de hoja es una actividad que actualmente no tiene regulaciones legales. Si bien, se encuentra en tramitación la idea de legislar sobre la materia, en la actualidad no se dispone de herramientas jurídicas suficientes para fortalecer la fiscalización de esta práctica, muy arraigada en las áreas rurales, debido a que prácticamente es materia prima que se extrae con cierta facilidad, y prácticamente a costo cero. Por lo tanto, es un negocio rentable para quienes lo ejercen, y que responde muchas veces a una oportunidad laboral. Calificación de la amenaza: media.
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ESCASEZ HÍDRICA
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Se reconoce a la escasez hídrica como una amenaza que, si bien no afecta de forma directa a los ejemplares de Gruñidores, sí afecta a sus poblaciones al disminuir la calidad del hábitat, al generar una presión sobre las condiciones de humedad que permiten la sobrevivencia y regeneración de la vegetación. Informes técnicos dan cuenta que entre los años 2010 y 2015 se ha observado un déficit de precipitaciones de alrededor del 30%, que ha afectado a la zona comprendida entre las regiones de Coquimbo a la Araucanía, y cuya permanencia ha sido ininterrumpida, ocurriendo además en la década más cálida de los últimos 100 años (Centro de Investigación del Clima y la Resiliencia 2015). El mes de junio del año 2015 se registró como el mes más seco de los últimos 50 años en la zona central este fenómeno de escasez de precipitaciones se replicó en toda la zona centro y norte hasta la Región de Coquimbo” Lo anterior, sumado a las frecuentes olas de calor registradas en los últimos años están provocando un estrés a la vegetación que representa el hábitat de las especies, ya sea las formaciones relictas de N. macrocarpa como al bosque esclerófilo. Es sabido que “con temperaturas más altas, aumenta la pérdida de agua desde zonas cubiertas por nieve (sublimación), cultivos y vegetación natural (evapotranspiración), y lagos y embalses (evaporación), exacerbando el déficit hídrico”.
En este sentido es importante señalar que una de las poblaciones conocidas para P. alvaroi se ubica en el sector de Cerro El Roble, donde las condiciones de microclima del lugar han permitido la sobrevivencia de los robles. No obstante, al producirse un aumento de la aridez o una disminución en los patrones de precipitación, es probable que se generen alteraciones importantes en la distribución de esta formación vegetacional, y por lo tanto provocar alteraciones en el hábitat de los Gruñidores, como por ejemplo la disminución de la superficie. Esta situación puede extrapolarse a las condiciones del hábitat de P. valeriae ubicadas en las roblerías de los Altos de Cantillana, el cajón de San Juan de Piche y Loncha.
En este mismo sentido, las poblaciones de gruñidores emplazadas en parches o fragmentos de vegetación esclerófila de ambas cordilleras se encuentran igualmente sometidas a un estrés hídrico, derivado de la escasez de precipitaciones de los últimos años y de las frecuentes olas de calor que se han registrado en la zona central. Es importante destacar que los últimos años se ha registrado en la zona central un aumento en la cantidad de días con episodios asociados a olas de calor, con temperaturas que superan los 33°C, agudizando los episodios de sequía, así como también favorecen la ocurrencia de incendios forestales.
Sobre la base de estudios recientes y del conocimiento local, se ha podido determinar que el efecto de la sequía prolongada está provocando la muerte de ejemplares del bosque nativo en la zona central de Chile, por lo tanto, se genera una degradación de la vegetación, y por lo tanto disminuye la calidad del hábitat de los Gruñidores. Así lo confirma el estudio realizado por investigadores de la Universidad Católica y la Universidad Mayor, quienes a través de mediciones realizadas en parcelas de vegetación en el bosque esclerófilo de la Región Metropolitana se ha podido observar el daño que se está provocando en el follaje de especie perennes como el Quillay, Litre y Peumos, los cuales aparentemente han comenzado a secarse, debido a la imposibilidad de “transportar agua desde las raíces hacia las copa y viceversa, provocando una muerte completa del follaje de la vegetación por pérdida de clorofila”.
En el actual contexto de sequía que enfrenta la zona central, junto a una mayor frecuencia de olas de olas de calor, se está provocando un estrés en la vegetación que sostiene a las poblaciones de gruñidores. Estas condiciones podrían tener implicancias y efectos negativos en la continuidad de las especies.
Sumado a lo anterior, las prácticas de extracción y consumo de agua sin consideraciones ambientales, ni adaptadas al cambio climático por parte de la población, provocan que los efectos de la sequía impacten severamente al sistema hídrico que da soporte al hábitat de los gruñidores. A este respecto, cabe señalar que se pueden identificar diferentes tipos de usuarios del recurso hídrico, entre los cuales se encuentran agricultores y ganaderos a distintas escalas (desviación de pequeños cauces), parceleros con primera y/o segunda residencia (con consumo ineficiente de agua) y usuarios industriales (con altos requerimientos hídricos, por ejemplo, los procesos mineros). Calificación de la amenaza: muy alta.
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Captura de ejemplares
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Previo a la entrada en vigor de la prohibición de caza y captura de lagartos del género Pristidactylus, ocurrida recién en el año 1993, las poblaciones de P. valeriae se vieron afectadas por una intensa captura para comercialización como mascota. Registros de exportaciones del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) sobre reptiles chilenos, indican de un total de 3.548 ejemplares exportados en 1985 se llegó a más de 600.000 en 1992 (Veloso et al. 1995). Una situación similar sufrió la población de P. volcanensis sometidas a una captura intensiva, a fines de la década de los 80’, para efectos de investigación.
Actualmente, y acorde con las disposiciones de la Ley de Caza y su reglamento, es el SAG quien autoriza los permisos para captura con fines de investigación, ya sea en el contexto de las investigaciones científicas, o bien en el contexto de las líneas de base de proyectos de inversión que ingresan al sistema de evaluación de impacto ambiental (SEIA). Calificación de la amenaza: baja.
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CAMINOS PÚBLICOS
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La existencia y/o mejoramiento de caminos a través de la pavimentación genera un aumento en el uso de éstos, y que trae como consecuencia una serie de presiones y amenazas sobre las poblaciones de Gruñidores, entre las que destacan la fragmentación del hábitat y atropellos de individuos, a la fecha existen 2 registros de atropellos de P. valeriae en la Cuesta El Cepillo, ubicada en el Santuario Horcón de Piedra. Asimismo, la apertura de caminos públicos próximo a áreas naturales facilita el desarrollo del turismo no planificado. Es importante destacar además que los caminos públicos también son un factor que contribuye a la existencia de otras amenazas, como por ejemplo, la ocurrencia de incendios forestales y el abandono de mascotas. Por otro lado, es importante mencionar que la existencia de caminos también trae consigo algunas malas prácticas por parte de visitantes, como por ejemplo el campismo no autorizado, la corta de árboles para leña, restos de fogatas y residuos. Recientemente, se suma a lo anterior la existencia de actividades asociadas a ciclistas de descenso y motociclismo 4X4. Calificación de la amenaza: alta.
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