PROYECTOS DE INVERSIÓN
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Se identificó como una amenaza el emplazamiento de proyectos de inversión como por ejemplo explotación de canteras, proyectos mineros, líneas de alta tensión y parcelaciones (loteos) y en menor medida, construcción de caminos. En este ámbito se identificaron los proyectos que cuentan con evaluación ambiental y su respectiva Resolución de Calificación Ambiental en el área de distribución de la especie.
En la zona norte de su distribución, cercano a Pelluhue, existe una fuerte presión por loteos y venta de parcelas, que no es de ingreso obligatorio al Sistema de Evaluación Ambiental. Esta actividad es colindante con la Reserva Natural Los Queules. Por otra parte, en la zona centro de su distribución están las líneas de transmisión y las concesiones mineras pertenecientes a la comuna de Tomé. En este plan se recoge la experiencia de integrantes del Grupo de Elaboración en la evaluación de un proyecto minero ingresado al SEIA el año 2016, como Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Este proyecto consistente en la construcción y operación de una faena minera y una planta para la producción de óxidos de lantánidos, para procesar 210 ton/hora, contempla una vida útil del proyecto de 16 años y tiene un área de área de influencia colindante a poblaciones de Queule del sector y cercana a un Área de Alto Valor para la Conservación (AAVC) en esa zona, llamada "Queules de Tomé y Penco" de propiedad de Forestal Arauco. Las observaciones realizadas por CONAF en el proceso de evaluación ambiental del proyecto llevaron al reingreso en 2018 bajo la modalidad de Estudio de Impacto Ambiental (EIA). La evaluación en curso, de una Adenda complementaria, ha centrado la discusión en concordar un área buffer que asegure la no afectación de los ejemplares locales de la especie.
La identificación de esta amenaza por el Grupo de Elaboración pone de manifiesto que en los procesos de evaluación ambiental no se ha relevado adecuadamente la presencia de subpoblaciones o individuos de esta especie gravemente amenazada. Se hizo notar también la falta de guías técnicas y de capacitación para los evaluadores de proyectos en el marco del SEIA con el fin de mejorar la evaluación. Por otra parte, fortalecer la participación ciudadana que aporte antecedentes sobre la distribución de esta especie resulta muy importante para complementar el sistema de sistema de información del Queule. Consecuentemente se requiere incrementar la coordinación entre servicios públicos con competencias, que participan en la evaluación ambiental de proyectos, así como fortalecer el seguimiento del cumplimiento de las medidas comprometidas en las RCA, por parte de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). Estas medidas están dirigidas a frenar los efectos de la fragmentación y el deterioro en la calidad de su hábitat.
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PRESENCIA DE GANADO
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El efecto del ganado en bosques nativos está ampliamente documentado y se evidencia como daño mecánico directamente sobre la vegetación y sobre el suelo. Los agentes perturbadores como equinos, bovinos, caprinos y porcinos, producen daño estructural impactando directamente sobre las plántulas, las que pueden ser pisoteadas y ramoneadas por los animales. El fruto de queule es consumido por el ganado, el cual solo consume la pulpa de la fruta descartando la semilla en el lugar. No hay sobrevivencia de plántulas en lugares frecuentados por el ganado. Un antecedente sobre medidas de exclusión exitosa se desarrolló a través del proyecto GEF de Especies Amenazadas, que consistió en la instalación de un cerco en torno a un árbol semillero, considerando un área buffer.
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PLANTACIONES DE PINO Y EUCALIPTO
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El queule se establece preferentemente, en sectores con disponibilidad de luz, encontrándose habitualmente un mayor número de individuos en sectores abiertos con luz directa, en claros antiguos y orillas de caminos. La disponibilidad de luz es un factor de importancia en sus estadios iniciales, por lo que las especies acompañantes de rápido crecimiento dificultan tanto la germinación de sus semillas como el crecimiento de sus plántulas y brinzales. Por otra parte, el bosque maulino costero ha sufrido, en el curso de las últimas décadas, una significativa sustitución principalmente por plantaciones forestales de Eucalyptus globulus y Pinus radiata, lo que ha conformado un paisaje en mosaico con pequeños fragmentos de bosque nativo inmersos en plantaciones forestales. Como consecuencia, en la actualidad, las extensas plantaciones forestales circundantes constituyen una relevante fuente de propágulos de especies exóticas que colonizan e invaden espacios abiertos, amenazando, por ende, la regeneración del queule. Esto es especialmente preocupante en predios forestales que han quedado abandonados o que no tienen plan de manejo en los cuales la dispersión anemófila de las semillas de pino facilita el establecimiento de estas plántulas desplazando paulatinamente a las nativas en crecimiento y cobertura. Cabe señalar que, en toda el área de distribución del queule, la vegetación circundante en su mayoría corresponde a esta conífera.
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MALAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS , GANADERAS Y FORESTALES
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Esta amenaza fue identificada para toda el área de distribución. En la zona norte los bosques de queule se encuentran en una matriz agrícola de pequeños predios, mientas que en la zona sur predomina la matriz forestal. Prácticas habituales como la utilización de fuego para la habilitación de terrenos para actividades silvoagropecuarias constituyen una amenaza operando sobre esta especie ya que el fuego no solo destruye individuos de queule, sino que también altera la capa superficial del suelo y destruye la hojarasca que contiene frutos y semillas de queule y de la vegetación acompañante. Es común que los pequeños propietarios tengan escaso acceso a información y capacitación en buenas prácticas en lo que se refiere al manejo productivo del ecotono entre el sistema productivo y el sistema natural. En este sentido, se requiere identificar, diseñar e implementar buenas prácticas, así como mecanismos de fomento o subsidios y, por otra parte, hacer seguimiento a pilotos, con el fin de promover una actividad productiva armónica con la conservación de queule.
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INCENDIOS FORESTALES
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Los incendios forestales son una amenaza recurrente en el centro-sur de Chile (33-38° de latitud sur), área donde además se concentra la producción silvoagropecuaria del país. Las estadísticas históricas de CONAF indican que, en los últimos 40 años las regiones del Maule y Biobío han sido constantemente afectadas por incendios forestales de diversa magnitud que afectan al bosque nativo. La Región del Biobío ha sido la región de Chile más afectada perdiendo una superficie de 628.409 hectáreas de bosque en 87.227 eventos de incendio. La Región del Maule, por su parte ha perdido 487.721 hectáreas de bosque en 17.729 eventos de incendios forestales.
Para las regiones donde actualmente habita el queule las estadísticas de incendios en las comunas que registran presencia de queule, según los datos recopilados desde el año 1985 hasta el año 2018, señalan una importante ocurrencia de esta amenaza, afectando un total de 85.574 hectáreas de superficie forestal (nativo y plantaciones) en 18.858 eventos. Las comunas más afectadas por esta amenaza son Tomé, Concepción y, en menor medida, Coelemu.
A futuro se prevé una mayor probabilidad de incendios en ambas regiones debido a que en el centro-sur de Chile existe una relación entre la ocurrencia de incendios, las condiciones en el Pacífico tropical (El Niño Oscilación Sur, ENOS) y las variaciones en los patrones de circulación atmosférica en latitudes medias y altas que influencian los parámetros de precipitaciones y temperaturas. Es así como estudios dendroclimáticos en la zona central de Chile han revelado un incremento en la recurrencia de sequías y disminución de las precipitaciones, contribuyendo a la generación de incendios con una mayor frecuencia y de una mayor extensión. Esta especial confluencia de factores dibuja un incierto escenario especialmente para los pequeños fragmentos de bosque nativo y relictos en quebradas que albergan especies endémicas como el queule, cuya disposición geográfica, insertas en paisajes forestales, las expone a una mayor vulnerabilidad. Para abordar esta amenaza se requiere fortalecer la coordinación entre actores públicos privados y particulares que comprendan la problemática de esta amenaza para la conservación de queule y que actúen coordinadamente en la prevención, control y combate de incendios forestales cuando se identifique riesgo para esta especie y su hábitat actualmente fragmentado. Este actuar coordinado requiere necesariamente establecer acuerdos respecto a los protocolos de prevención y de acciones post incendio y, consecuentemente, fomentar la capacitación de actores incluyendo a la comunidad, en medidas de prevención de incendios forestales, así como en la evaluación de riesgos, que incluye el otorgamiento de permisos de quemas agrícolas en áreas con presencia de especies amenazadas en general y con presencia de queule, en el caso particular de este plan.
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EXTRACCIÓN DE TIERRA DE HOJA CON FINES COMERCIALES
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La hojarasca cumple un rol fundamental en la mantención de la humedad, en la temperatura del suelo, en la germinación de las semillas y en la sobrevivencia de las plántulas. La extracción de tierra de hoja provoca la modificación de la capa orgánica superficial del suelo del bosque, favoreciendo procesos de erosión y compactación del suelo, generando pérdidas significativas de nutrientes, la alteración de las comunidades bióticas y la alteración en los patrones de retención de humedad del suelo. En el caso de las semillas de queule el impacto de esta amenaza puede ser alto, ya que el éxito de la germinación de semillas de queule depende directamente de las condiciones de suelo, humedad y nutrientes disponibles. En la actualidad se tienen registros de extracción de tierra de hoja en sectores cercanos a zonas urbanas y específicamente en la localidad de Tomé, todos lugares ubicados en el área de distribución central de la especie. Si bien se han presentado iniciativas para regular la extracción, bajo la normativa actual, no se dispone de herramientas jurídicas suficientes para fortalecer la fiscalización de esta práctica, muy arraigada en las áreas rurales, debido a que es una materia prima que se extrae con cierta facilidad, y prácticamente sin costo. Se promoverán buenas prácticas para disminuir su uso, así como programas de educación y difusión de las acciones de conservación de queule.
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CORTA ILEGAL DE INDIVIDUOS
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En la Región del Maule, no existen registros de CONAF sobre denuncia de corte ilegal de la especie. Por el contrario, en la Región de Ñuble, el año 2015 se detectó la corta no autorizada de 10 ejemplares en la comuna de Coelemu. En ese momento se efectuó la denuncia por corta no autorizada al Juzgado de Policía Local, con una multa propuesta de $12.972.000.
En los últimos años, existió una denuncia sobre la corta de especies nativas cercanas a Queules en un sector de Hualqui (Región del Biobío). Esto motivó a tomar medidas desde la Forestal Arauco en conjunto con las comunidades (ONGs, municipios, entre otros) para crear un sistema de alerta que permitiera coordinar acciones en caso de estar en presencia nuevamente de esta amenaza. Este trabajo mancomunado, motivó a Forestal Arauco a realizar acciones en un sector conocido como Redolino, que colinda con el Parque Nacional Nonguén, para eliminar individuos de pino y reintroducir queule y otras especies nativas.
Esta acción se materializó en forma colaborativa, con la participación activa de actores de la sociedad civil y el Centro de Semillas de CONAF. A la fecha, se han realizado 5 jornadas de plantación y monitoreo. Estas acciones se han desarrollado en conjunto con la comunidad y municipio de Hualqui.
Uno de los principales desafíos de esta amenaza es la escasa capacidad de fiscalización preventiva, limitada tanto por recursos tanto humanos como económicos del servicio que tiene dicha competencia. La especie es explotada principalmente en terrenos de particulares, por lo que la denuncia a CONAF de la corta de individuos de queule es de gran importancia a la hora de sancionar y evitar nuevos casos de corta ilegal. La baja fiscalización preventiva sumada al poco conocimiento de la especie y de su estado de conservación por parte de las personas, mantienen a la corta no autorizada como una amenaza latente para el queule y, en consecuencia, es relevante llegar a ese segmento de la comunidad con información y alternativas de uso que contribuyan a reducIr la explotación.
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COLECTA INADECUADA DE FRUTOS Y SEMILLAS
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Los bosques proveen múltiples servicios, entre ellos están los productos forestales no madereros (PFNM) que, si bien pueden ser comercializados en mercados nacionales e internacional, también tienen presencia en mercados locales. Es el caso de los frutos de queule que en el pasado eran vendidos en abundancia en localidades circundantes a Concepción y que aún es posible encontrar en las localidades de Tomé y Caramávida, comercializados por los mismos recolectores, principalmente para elaboración de mermeladas. Los factores que han incidido en la disminución de esta actividad a través del tiempo se relacionan con la reducción en las poblaciones de queule y con la presencia cada vez más escasa de árboles semilleros. Los antecedentes recopilados por el Grupo de Elaboración señalan que, si bien la comercialización local se constata en la comuna de Tomé, también se ha observado actividad de colecta al interior de la Reserva Natural Los Queules en la Región del Maule, sin embargo, no es posible contar con una descripción detallada, ya que es una actividad que se realiza de manera informal, sin mediar permisos o autorizaciones de propietarios o autoridades.
En un escenario en el cual el reclutamiento de plántulas y el establecimiento de individuos es reducido, el volumen de colecta (germoplasma eliminado del sistema natural), aun comercialmente marginal, es relevante. La línea de acción en este sentido está dirigida a valorar a los recolectores como actores relevantes en la conservación de esta especie, sumándolos por medio de la capacitación y la difusión a difundir el conocimiento y participar como gestores en su conservación.
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