La desembocadura del río Camarones fue el asentamiento de la cultura chinchorro, una de las primeras civilizaciones que practicaron la momificación artificial de sus muertos. Alberga bosques de chañar y algarrobo blanco, árboles nativos que se adaptan a las condiciones áridas y salinas de la zona, y que proveen alimento, sombra y refugio a diversas especies de animales, como el picaflor de Arica.