Tamaño poblacional estimado, abundancia relativa y estructura
poblacional
Las formaciones de roble de Santiago en cerro El Roble se caracterizaron como un monte bajo de elevada densidad de rodal, encontrando árboles con hasta 11 vástagos por cepa y con 1.610 cepas/ha, lo que se traduce en una densidad media de 6.527 vástagos/ha (Delgado, 2008; Pacheco et al., 2010).
Según el plan de manejo realizado en el Parque Nacional La Campana, se consideran 277 hectáreas con presencia de la especie (CONAF, 2012). Adicionalmente el Catastro de Bosque Nativo del año 2013 para ambas regiones, existe una superficie de 10.536 hectáreas presentes en la Región de Valparaíso (0,9%) y Región Metropolitana (99,1%), (estos valores no consideran presencia de la especie en el cerro La Campana, ver figura 2). Al considerar ambos valores se obtendría una superficie estimada de 10.813 hectáreas a nivel nacional.
Considerando la densidad de rodal obtenida por Delgado (2008) y Pacheco et al. (2010), y la superficie actual de roble de Santiago a nivel nacional, el tamaño poblacional estimado es de 17.408.930 individuos.
Tendencias poblacionales actuales
Se ha observado que sus formaciones boscosas están en regresión acelerada (Gajardo, 2001; Gajardo, 2004). Un estudio en la población del cerro El Roble en 1982 llegó al resultado de que su distribución de edades era de forma de J invertida de los árboles originales, donde había un reducido número de individuos menores de 25 años y nula regeneración (Golowasch et al., 1982). Otros estudios más actuales en esa misma localidad encontraron una escasa regeneración por semilla, pero abundante por cepa (Pacheco et al., 2010) y, realizando un análisis usando imágenes satelitales Landsat tomadas entre 1975 y 2012, indicaron que el bosque de roble de Santiago ha estado disminuyendo en área y ha aumentado la fragmentación durante al menos los últimos 38 años. Si sigue el mismo ritmo actual de cambio, el bosque se reducirá de 120-140 hectáreas en 1975 a solo 10-15 hectáreas de hábitat cada vez más fragmentado para 2050 (Sanhueza, 2012). Otro análisis de Alaniz et al. (2016) (en base a resultados por Schulz et al. (2010)) considerando las formaciones de los cerros El Roble, La Campana y Altos de Cantillana menciona una disminución de la formación de 8.9% en los últimos 40 años y una disminución histórica de 20.2%.
No
Sin Determinar
Amenazas que enfrenta la especie
Las poblaciones de roble blanco, y en especial las de la Cordillera de la Costa, se consideran "relictas" debido a que se establecieron hace miles de años bajo condiciones climáticas diferentes a las actuales. Su subsistencia post-glacial se cree que está ligada a la presencia de microclimas particulares, y por lo tanto, podría inferirse que cualquier perturbación en este sector de su distribución tendría un efecto muy drástico para su regeneración (Golowasch et al., 1982). Es por esto que esta especie ha sido y sigue siendo un complejo ejemplo de la dinámica histórica, reflejando los cambios del fenómeno del cambio climático (Gajardo, 2001). En la actualidad la especie se encuentra relegada a las cumbres de los cerros, donde el microclima es más húmedo y frío (Morales 2010). El cambio climático podría desplazar las zonas climáticas actuales hacia al sur, pudiendo generar trastornos en el ecosistema natural que afectarían el desarrollo y amenazaría la supervivencia de N.macrocarpa (Ramírez, 2010).
Observaciones de las formaciones boscosas de esta especie indican que su regresión es acelerada principalmente por la mortalidad de los árboles, falta de regeneración natural y por impacto directo de las actividades humanas (Golowasch et al., 1982; Gajardo, 2001; Gajardo, 2004). Sus problemas de regeneración se explicarían por la falta de semillas debido a la juventud y tala permanente de vástagos de tocón, o producto a las condiciones ambientales inapropiadas para que las semillas producidas por árboles adultos, generando fallas en su germinación y su establecimiento posterior (Donoso, 1982). Un estudio realizado por Golowasch et al en 1982 registró que la población de cerro El Roble presentaba una distribución de edades en forma de J invertida de los árboles originales, es decir que había una escasez de individuos menores de 25 años y nula regeneración, lo que podría dar cuenta de que esta población está en estado de desarrollo estacionario que podría ser un efecto de cambios climáticos recientes hacia la aridez. En cuanto a las actividades humanas que afectaron a la especie una de ellas es la corta de árboles para obtención de leña y carbón (Rundel y Weisser, 1975).
- Pérdida de Hábitat / Degradación (Causa antrópica )
Usos y manejos sobre la especie