El picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) es una especie clasificada En Peligro Crítico (CR) (DS 06/2017 MMA). El proceso de elaboración del plan se inició con la Resolución Exenta N° 54 (22 de enero de 2021). Por tratarse de un plan ingresado por procedimiento abreviado, este plan no contó con un grupo de elaboración convocado por el Ministerio del Medio Ambiente, sino que fue coordinado, facilitado y presentado por la Unión de Ornitólogos de Chile. La elaboración del plan fue posible gracias al apoyo de la SEREMI del Medio Ambiente de la Región de Arica y Parinacota y el proyecto para la Conservación de Especies Amenazadas, iniciativa ejecutada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), implementada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF). La propuesta fue sometida a consulta pública por un plazo de 30 días hábiles, desde el 9 de junio hasta el 13 de agosto de 2021. El plan aprobado fue publicado en el Diario Oficial el 21 de abril de 2022 (promulgación 11 de enero de 2022).

RECOGE0010
Picaflor de Arica
Unión de Ornitólogos de Chile
Vía abreviada
Plan oficializado
El picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) es el ave de menor tamaño de Chile y uno de los picaflores más pequeños de mundo. La hembra alcanza entre 7 y 7,5 cm, mientras que el macho puede medir entre 8,5 y 9 cm desde la punta del pico a la punta de la cola. El macho tiene la cabeza y dorso de color verde oliva metálico. Debido al reducido tamaño de su pico, se alimenta principalmente del néctar de pequeñas flores, como las del chañar (Geoffroea decorticans), el chingoyo o chilca (Pluchea chingoyo), el algarrobo (Prosopis alba), el tomatillo (Lycopersicon chilense), la malva (Waltheria ovata) entre otras. Además, visita flores de hortalizas como tomate, pimentón, berenjena y zapallito italiano. Complementa su dieta con pequeños arácnidos e insectos. Tiene una peculiar biología reproductiva, pues tiene un sistema de apareamiento en el cual los machos se agrupan en áreas específicas, denominadas técnicamente "leks", donde cada uno defiende un territorio de pequeñas dimensiones. Estos sitios de agregación se mantienen en el mismo lugar durante muchos años, lo que impone un desafío importante para su conservación ya que la eliminación de estos sitios conlleva la ausencia de nidificación en el área intervenida. Se estima que la duración del período de reproducción es aproximadamente de 48 días, lo que representa un período muy alto para el común de los picaflores. Las amenazas identificadas para esta especie son: 1) Expansión de la actividad agrícola intensiva, 2) Quemas agrícolas e incendios forestales, 3) Malla antiáfido, 4) Cambio de tipo de cultivo, 5) Microbasurales, 6) Uso masivo e indiscriminado de pesticidas, 7) Desarrollo de obras civiles sin consideraciones ambientales, 8) Desarrollo urbano y parcelación residencial, 9) Prácticas agrícolas diferentes al uso de plaguicidas, 10) Picaflor de Cora. El horizonte temporal de la implementación de acciones es de 10 años, plazo en el cual se espera cumplir la meta de mejorar el estado de conservación del picaflor de Arica disminuyendo su categoría a vulnerable a una categoría de menor amenaza. Para esto se definieron 12 líneas de acción orientadas a proteger las poblaciones actuales de la especie, promover la recolonización de la especie dentro el rango de distribución histórico y constituir y mantener una red de microreservas para la protección del hábitat de picaflor de Arica. Entre estas líneas de acción se encuentran por ejemplo, el desarrollo de un programa permanente de monitoreo poblacional del picaflor de Arica, el mejoramiento de la conectividad del paisaje a través de la restauración y conservación de ecosistemas riparios y la identificación de sitios críticos para la conservación del picaflor de Arica (leks y áreas de nidificación) para ser incorporados a la Red de Microreservas de sitios fiscales con potencial, para expandir la presencia de la especie.
166.129,426 ha.
  • Terrestre
Arica y Parinacota 148.204,218 22,844%
Arica 110.253,832 66,366%
Camarones 66.245,9 66,366%
Arica 44.007,932 66,366%
Parinacota 37.950,386 22,844%
Putre 37.950,386 22,844%
Tarapacá 17.916,132 10,784%
Tamarugal 17.916,132 10,784%
Huara 9.416,279 10,784%
Camiña 8.499,853 10,784%
Rio San Jose 40,207 40,207%
Rio San Jose 23,272 23,272%
Rio San Jose 23,272 23,272%
Azapa Alto 16,935 16,935%
Rio Seco, Quebrada Chusmiza y Rio Tignamar 16,935 16,935%
Q. Rio Camarones 33,898 33,898%
Rio Camarones Antes Junta Quebrada de Chiza 24,135 24,135%
Rio Camarones entre E. Veco, R. Caritaya y Q. de Chiza 23,533 23,533%
Rio Caritaya 0,557 0,557%
Estero Veco 0,044 0,044%
Quebrada de Chiza 9,324 9,324%
Quebrada de Chiza 9,324 9,324%
Rio Camarones Bajo 0,438 0,438%
Rio Camarones Entre Quebrada de Chiza y Desembocadura 0,438 0,438%
Costeras R. San Jose-Q.Camarones 17,802 17,802%
Quebrada Vitor 17,791 17,791%
Quebrada Vitor 17,791 17,791%
Costeras entre Rio San Jose y Quebrada Vitor 0,011 0,011%
Costeras entre Rio San Jose y Quebrada Vitor 0,011 0,011%
Rio Lluta 6,454 6,454%
Rio Lluta Bajo 6,085 6,085%
Rio Lluta entre Quebrada Socoroma y Quebrada Poconchile 3,885 3,885%
Rio Lluta entre junta Quebrada Poconchile y Desembocadura 2,2 2,2%
Rio Lluta Alto 0,369 0,369%
Rio Lluta entre Quebrada Huaylas y Quebrada de Socoroma 0,369 0,369%
Costeras R.Camarones-Pampa del Tamarugal 1,447 1,447%
Quebrada de Camiña 1,447 1,447%
Quebrada Camiña Baja entre cota 2000 y bajo quebrada Tilihuiche 1,066 1,066%
Quebradas de Camiña y Tilviches 0,381 0,381%
Quebrada de la Concordia 0,185 0,185%
Quebrada De La Concordia 0,185 0,185%
Quebradas Escritos y de La Concordia 0,185 0,185%
N° Decreto Nombre Decreto Fecha de promulgación Fecha de publicación URL
5 APRUEBA PLAN DE RECUPERACIÓN, CONSERVACIÓN Y GESTIÓN DEL PICAFLOR DE ARICA (EULIDIA YARRELLII) 11/01/2022 21/04/2022 Visitar
El Picaflor de Arica es el ave de menor tamaño de Chile y uno de los picaflores más pequeños de mundo. La hembra alcanza entre 7 y 7.5 cm, mientras que el macho puede medir entre 8.5 y 9 cm desde la punta del pico a la punta de la cola. Debido al reducido tamaño de su pico, se alimenta principalmente del néctar de pequeñas flores, como las del chañar (Geoffroea decorticans), el chingoyo o chilca (Pluchea chingoyo), el algarrobo (Prosopis alba), el tomatillo (Lycopersicon chilense), la malva (Waltheria ovata), entre otras. Además, visita flores de hortalizas como tomate, pimentón, berenjena y zapallito italiano. Complementa su dieta con pequeños arácnidos e insectos. Esta especie tiene un sistema de apareamiento llamado lek disperso. Las hembras visitan estos sitios y eligen el macho con quien aparearse, para luego retirarse a las zonas de nidificación, en donde la construcción del nido y la crianza es realizada exclusivamente por ellas (cuidado uniparental). Una limitante que presenta este tipo de sistema de apareamiento es la poca flexibilidad de los machos frente a posibles deterioros del hábitat. La existencia de leks de machos impone un desafío importante para la conservación de las especies, debido a que su condición de lugar tradicional de agregación los hace más sensibles a las perturbaciones. En el caso específico del Picaflor de Arica, tras la destrucción (quema) del área donde existía un lek en el valle de Camarones, no se detectó actividad de nidificación en los alrededores.
Picaflor de Arica
Eulidia yarrellii
Peligro Crítico
El Picaflor de Arica es el ave de menor tamaño de Chile y uno de los picaflores más pequeños de mundo. La hembra alcanza entre 7 y 7.5 cm, mientras que el macho puede medir entre 8.5 y 9 cm desde la punta del pico a la punta de la cola. El macho tiene la cabeza y dorso de color verde oliva metálico (Figura 1). Las partes inferiores son en general blanquecinas, los costados tienden a tener un tono ocráceo o acanelado y en los hombros suele haber un tinte verdoso. La garganta es de un color púrpura iridiscente con tonalidades azules, aunque comúnmente se ve de un color negruzco. Las alas son de color negro sucio al igual que la cola, que tiene forma ahorquillada, y en reposo las rectrices más largas (las externas) tienden a cruzarse dando la impresión de una cola de pez. El pico es corto aproximadamente (de 1,3 cm de largo), negro y levemente curvado. La hembra es similar al macho, aunque no tiene el púrpura iridiscente de la garganta. Además, las zonas inferiores son de un blanco más intenso, aunque tiende a tomar un tono acanelado u ocráceo hacia los flancos y subcaudales. La cola es más corta que la del macho y no es ahorquillada. Las dos rectrices centrales son verdes, mientras que el resto son negruzcas con la punta blanca y la base color canela. Las rectrices más largas tienen un tinte más verdoso y la mancha blanca es muy pequeña. Debido al reducido tamaño de su pico, se alimenta principalmente del néctar de pequeñas flores, como las del chañar (Geoffroea decorticans), el chingoyo o chilca (Pluchea chingoyo), el algarrobo (Prosopis alba), el tomatillo (Lycopersicon chilense), la malva (Waltheria ovata), entre otras. Además, visita flores de hortalizas como tomate, pimentón, berenjena y zapallito italiano. Complementa su dieta con pequeños arácnidos e insectos. Esta especie tiene un sistema de apareamiento llamado lek disperso. En éste, los machos se agrupan en áreas específicas (leks) donde cada uno defiende un territorio de pequeñas dimensiones. Puesto que la principal actividad de los machos en el lek es el despliegue para atraer a las hembras, éstos resultan muy visibles. Las hembras visitan estos sitios y eligen el macho con quien aparearse, para luego retirarse a las zonas de nidificación, en donde la construcción del nido y la crianza es realizada exclusivamente por ellas (cuidado uniparental). Las hembras construyen los nidos que tienen la forma de copa típica de todos los picaflores. La mayoría de los nidos que se han encontrado están puestos en ramas colgantes de árboles, como por ejemplo olivo (Olea europea), pimiento (Schinus areira) o tamarugo (Prosopis tamarugo). Los principales materiales de construcción del nido son lana de oveja, fibras vegetales indeterminadas y telas de araña. La reproducción del Picaflor de Arica está aparentemente sincronizada con la floración del chañar, esta especie resulta ser fuente clave de alimento para la especie durante la temporada reproductiva. Como todas las especies de picaflores las hembras pones dos huevos, la duración media del período de incubación para esta especie es de 17,3 días. Este período comienza después de la puesta del segundo huevo, que normalmente es producido dos días después de la puesta del primero. El período de estadía de los polluelos en el nido es de 31 días y finaliza con el abandono del nido por los volantones. Se estima la duración del período de reproducción (sin considerar la duración de la construcción del nido) en aproximadamente 48 días, lo que representa un período muy alto para el común de los picaflores. Una limitante que presenta este tipo de sistema de apareamiento es la poca flexibilidad de los machos frente a posibles deterioros del hábitat. Una característica de los leks es que estos sitios de agregación se mantienen en el tiempo, donde los machos se agrupan de forma “tradicional” en el mismo lugar durante muchos años. La existencia de leks de machos impone un desafío importante para la conservación de las especies, debido a que su condición de lugar tradicional de agregación los hace más sensibles a las perturbaciones. En el caso específico del Picaflor de Arica, tras la destrucción (quema) del área donde existía un lek en el valle de Camarones, no se detectó actividad de nidificación en los alrededores. La distribución original del Picaflor de Arica abarcaba, por el norte, los valles del sur de Perú (Tacna) y, por el sur, aparentemente el valle de Camiña. La gran mayoría de los registros de la especie durante la época reproductiva se han realizado bajo los 1.000 msnm, con la excepción del valle de Codpa (2.000 msnm). Las últimas evaluaciones realizadas en el sur de Perú sugieren que la especie estaría extinta en ese país. Actualmente la especie se encuentra restringidas a los siguientes valles: VALLE DE AZAPA. Por su extensión y alta abundancia de flores, hasta el año 2008 Azapa albergaba a la mayor población de E. yarrelli. Actualmente es este valle donde todos los factores propuestos como negativos para la especie se expresan en su máxima magnitud. La situación de Azapa continúa siendo la más crítica de todos los valles, según los últimos conteos poblacionales no hay registro de individuos de la especie. VALLE DE VITOR. La población de la especie se encuentra concentrada en dos localidades: • Chaca. En la zona de Chaca existe un desarrollo agrícola menor que en Azapa lo que ha favorecido la mantención de algunos sitios con vegetación nativa. Además, lo anterior se asocia con una menor cantidad de pesticidas, los que, sin embargo, han ido aumentando en los últimos años, producto del alto precio de algunas hortalizas como los tomates. Otra de las características favorables de Chaca como hábitat para E. yarrellii es la escasa presencia del Picaflor de Cora. • Codpa. Aparentemente favorecida por el microclima de Codpa, el Picaflor de Arica está presente en este valle durante todo el año a una altitud que ronda los 2000 msnm, muy por sobre la altitud normal a la que se encuentra la especie durante el período reproductivo. La población en el área es muy reducida debido a lo pequeño del valle, aunque es posible que exista algún grado de subestimación de su tamaño poblacional debido a que la densidad de la vegetación (huertos y jardines) dificulta la observación de las aves. Otro factor favorable para la especie es que el manejo de la vegetación es bastante básico, incorporando bajas cantidades de pesticidas a los cultivos. VALLE DE CAMARONES. Este valle actualmente es el valle de mayor importancia para la conservación del Picaflor de Arica. Los datos indican que este valle alberga algunas de las agrupaciones reproductivas (leks de machos y grupos de nidificación), más grandes de la especie. Dos son los sectores claves, la parte alta del valle sector Taltape y la parte baja del valle sector Cuya. VALLE DE ACHA. En este árido valle, la presencia de la especie está restringida solamente a la localidad de Puquio en un sector con presencia de vegetación nativa aledaña a un pequeño huerto frutícola que se ha desarrollado en torno a una fuente natural de agua. Hay registros de pocos individuos, pero en años anteriores se ha reportado registro de nidificación de la especie. QUEBRADA DE MIÑITA. Si bien hay registros de hembras adultas alimentándose y de machos en actitud territorial no existe certeza de presencia de actividad reproductiva en el sector.
Desierto tropical interior con vegetación escasa ; Matorral desértico tropical interior Malesherbia auristipulata - Tarasa operculata ; Matorral bajo desértico tropical interior de Adesmia atacamensis - Cistanthe salsoloides ; Matorral bajo desértico tropical andino de Atriplex imbricata - Acantholippia deserticola ; Bosque espinoso tropical interior de Geoffroea decorticans - Prosopis alba ; Bosque espinoso tropical andino de Browningia candelaris - Corryocactus brevistylus ; Matorral bajo tropical andino de Fabiana ramulosa - Diplostephium meyenii ; Matorral bajo tropical andino de Parastrephia lucida - Azorella compacta ; Matorral bajo tropical andino de Parastrephia lucida / Festuca orthophylla ; Matorral bajo tropical andino de Parastrephia lepidophylla - P. qudrangularis
Litoral Blando - Norte grande
Superficie protegida (ha)
Áreas Protegidas 2 12,026 0,007%
Reserva Marina 1 1,218 < 0,001%
Monumento Natural 1 10,808 0,007%
Otras Designaciones 1 5,407 0,003%
Bien Nacional Protegido (BNP) 1 5,407 0,003%
Sitios Prioritarios 8 36.671,88 22,074%
Sitio Prioritario (Estrategia Regional de Biodiversidad) 7 9.497,603 5,717%
Sitio Prioritario (Ley 19.300 art. 11, letra d) 1 27.174,277 16,357%
No hay paisajes de restauración presentes
CONTINENTALES 4.904,595 2,945%
PALUSTRES 502,381 0,295%
EMERGENTES 502,381 0,295%
ESTACIONALES 459,298 0,27%
ANDINOS 43,083 0,025%
RIBERENOS 4.402,214 2,65%
TEMPORALES 2.471,932 1,488%
IRREGULARES 2.471,932 1,488%
PERMANENTES 1.930,282 1,162%
RIO 1.930,282 1,162%
MARINOS Y COSTEROS 44,859 0,027%
MARINOS 44,859 0,027%
INTERMAREALES 44,859 0,027%
INTERMAREALES 44,859 0,027%
SIN CLASIFICAR 8,197 0,005%
SIN CLASIFICAR 8,197 0,005%
SIN CLASIFICAR 8,197 0,005%
SIN CLASIFICAR 8,197 0,005%
ARTIFICIALES 0,377 0%
ALMACENAMIENTO 0,377 0%
ALMACENAMIENTO 0,377 0%
TRANQUE 0,377 0%
Se identificaron10 amenazas, las cuales fueron posteriormente clasificadas en función de su alcance, severidad e irreversibilidad, bajo los conceptos de estándares abiertos para la conservación. Esta metodología implica calificar el impacto en función de la contribución de cada amenaza directa sobre el Objeto de conservación. Una de las amenazas fue calificada como de alto impacto, tres como de impacto medio y otras seis de bajo impacto. Las amenazas identificadas para esta especie son: 1) Expansión de la actividad agrícola intensiva, 2) Quemas agrícolas e incendios forestales, 3) Malla antiáfido, 4) Cambio de tipo de cultivo, 5) Microbasurales, 6) Uso masivo e indiscriminado de pesticidas, 7) Desarrollo de obras civiles sin consideraciones ambientales, 8) Desarrollo urbano y parcelación residencial, 9) Prácticas agrícolas diferentes al uso de plaguicidas, 10) Picaflor de Cora.
Factor Descripción
USO MASIVO E INDISCRIMINADO DE PESTICIDAS Asociado a la continua expansión de la actividad agrícola en los valles del norte de Chile por cultivos agrícolas, durante las últimas décadas ha existido un aumento importante en la carga de pesticidas presentes en los valles agrícolas, particularmente en el valle de Azapa. En la región predominan las condiciones de clima desértico costero con nubosidad abundante, ausencia de heladas, vientos moderados, alta humedad relativa entre 60 y 80% HR y alta radiación solar directa (7kWh/m2 día) durante todo el año lo que conlleva temperaturas favorables para la proliferación de poblaciones de plagas y enfermedades, lo que ha obligado a los productores a hacer uso de plaguicidas cada vez más potentes y con una alta frecuencia en sus aplicaciones. Según datos del Banco Mundial y ODEPA, el uso de fertilizantes en Chile desde 2002 al 2008, casi se duplicó, pero desde 2009 ha mostrado un descenso y tendencia a la baja con algunos leves repuntes en 2011 y 2015, pero ya en 2016 se ha llegado a cifras similares al 2002. Por otra parte, con respecto al uso de pesticidas no hay registros oficiales de las cantidades utilizadas, dado que su uso varía dependiendo de las posibles plagas que aparecen en los cultivos. El uso masivo de pesticidas para mejorar la productividad en la zona ha ocasionado efectos secundarios en el medio ambiente. Estas prácticas, que son comunes en los mercados altamente competitivos y sin demasiadas regulaciones generan muchas externalidades, las cuales no se toman en cuenta generalmente en el desarrollo de la actividad económica. En este sentido, estas prácticas se evidencian en la nula producción de hortalizas en la región que cuenten con certificaciones de cultivos orgánicos, o en transición a este estado como lo han realizado otras regiones del país, como la región Metropolitana, Valparaíso y Coquimbo. Esto se complementa con que casi el 70% de los productores no cuentan con asistencia técnica para la producción. Aunque no existen evidencias documentadas, se ha especulado que el comienzo de la declinación del Picaflor de Arica habría partido con la muerte masiva de ejemplares expuestos a las aplicaciones aéreas que se hicieron en los años 60 como parte del programa de control y erradicación de la mosca de la fruta (C. capitata). Actualmente, cultivos de gran importancia económica, como el monocultivo de tomate, son altamente demandantes del uso de pesticidas, especialmente tóxicos para un ave de tamaño corporal tan pequeño como el Picaflor de Arica. El hecho de que los picaflores comúnmente visiten flores de especies agrícolas como tomate, pepino, poroto, entre otros, sumado a los registros de picaflores muertos después de la aplicación de pesticidas permiten suponer que este factor debe representar un riesgo para estas aves además, los daños causados a la avifauna por pesticidas están ampliamente documentados y van desde efecto en el número de posturas, de huevos y calidad de los mismos, hasta efectos en el tamaño de las aves. Como se mencionó previamente, el Picaflor de Arica utiliza olivares y frutales (como guayabo y mango) como sitios de nidificación. Estos cultivos están sujetos a la acción de varias plagas y por lo tanto necesitan periódicas fumigaciones. Estas aplicaciones en muchos casos se realizan durante la temporada de nidificación, que de haber nidos estos serían afectados directamente provocándoles daño de ruptura física debido a la presión del chorro al aplicar el producto y además la sustancia utilizada iría en contacto directo con los polluelos, eventualmente causándoles la muerte. No solo en la región hay un uso inadecuado de plaguicida, sino que además hay uso de plaguicidas no permitidas en Chile que pasan fácilmente desde la frontera, lo que evidencia que la fiscalización es insuficiente. Lo anterior se refleja también en afectación a salud humana, ya que el uso de plaguicidas para fines agrícolas en Arica no solo afecta a los ecosistemas, sino que también es un problema de salud pública, dada la alta incidencia de intoxicaciones en comparación con otras regiones, con al menos 125 casos entre 2005 y 2010, mayoritariamente por un mal manejo de los usuarios y la relativa toxicidad de los agroquímicos.
QUEMAS AGRÍCOLAS E INCENDIOS FORESTALES Una de las prácticas agrícolas tradicionales, de las cual no está exenta la región, es la quema de vegetación nativa para la habilitación de suelo destinado a la agricultura. Esta práctica ha sido regulada en la Región de Arica y Parinacota desde el año 2016 cuando se publicó en el Diario Oficial de la República de Chile, el Decreto 34 el cual modificó el Decreto Supremo 276/1980, que hizo extensivo a todo el territorio nacional medidas de utilización del fuego en forma segura y sólo como quema controlada. A pesar del avance legislativo en la materia, la quema sigue siendo realizada mayoritariamente de forma ilegal (sin previo aviso a CONAF) y lamentablemente sin ninguna consideración para el Picaflor de Arica y la biodiversidad en general, resultando nociva para la especie. Cabe destacar que no solo se realizan quemas para habilitar sectores para la agricultura, sino que también es una práctica común para reducir el volumen de los desechos orgánicos de los cultivos en los valles y esto tiene la misma consecuencia descrita anteriormente. Existen varios ejemplos de cómo las quemas han causado graves perjuicios hacia la especie. Por ejemplo, en una zona de alto interés para la especie, en el sector Taltape (valle de Camarones) donde existía una gran concentración de machos (al menos 15-20 machos en territorio, conformando un lek disperso), fue quemada por sus propietarios para habilitarla como zona de cultivos. Con esta acción no solo se destruyó el lek, sino que también numerosos individuos de algarrobo (Prosopis alba) árbol del cual la especie se alimenta y donde las hembras nidifican. La destrucción de este lek afectó la reproducción en el área y ese año (2012) no se registró nidificación en las cercanías. Otro registro de quema perjudicial, en un área de relevancia para la especie, fue detectado en una propiedad privada en el sector Chaca (valle de Vitor). En este lugar se registró la nidificación de 15 hembras en simultáneo en una plantación de olivos (la mayor densidad reproductiva observada hasta la fecha) además, de un sitio de lek.
PRÁCTICAS AGRÍCOLAS DIFERENTES AL USO DE PLAGUICIDAS No solo la aplicación de plaguicidas tiene un impacto negativo en la declinación del Picaflor de Arica, existen otras prácticas agrícolas que pueden causar graves daños a la especie, sobre todo si son realizadas durante la temporada reproductiva. Se identificaron en particular dos prácticas: 1) COSECHA: Debido a la perdida de vegetación nativa el Picaflor de Arica nidifica en árboles frutales (mango, olivos, cítricos) sobre todo en los valles fuertemente agrícolas. Esto muchas veces no es compatible con algunas actividades de cosecha como la extracción manual de los frutos desde los árboles, ya que, debido al pequeño tamaño de los nidos muy crípticos y la intensa faena, resultan ser métodos poco amigables para la especie, causando la pérdida de los huevos o pollos, con el consecuente fracaso de la nidada y con ello de la temporada reproductiva. 2) PODA: La poda de los árboles frecuentemente coincide con la temporada reproductiva. Las hembras construyen sus nidos en las ramas colgantes hacia el exterior del árbol, que coincide con las ramas potencialmente para poda, lo que afecta directamente en la perdida de nidos. Como se ha descrito anteriormente, estos son muy pequeños y a los ojos poco entrenados pasan desapercibidos. La caída y destrucción de un nido significa, en la mayoría de los casos, pérdida de la temporada reproductiva para la hembra, ya que, dado el corto tiempo de floración del chañar (especie importante por su néctar como alimento para el Picaflor de Arica), ésta puede no tener el tiempo suficiente para comenzar el proceso desde cero.
PICAFLOR DE CORA La preocupante declinación poblacional del Picaflor de Arica coincide con el aumento en la abundancia del Picaflor de Cora (Thaumastura cora), especie que amplió naturalmente su área de distribución y que antiguamente se encontraba sólo en Perú. Aunque esta tendencia inversa podría ser sólo una respuesta diferencial a los cambios en el hábitat, se ha planteado la hipótesis de que en esta relación podría haber elementos de causalidad ya que, debido a su gran similitud morfológica y ecológica, el Picaflor de Cora podría estar activamente desplazando al Picaflor de Arica. Los estudios llevados a cabo sobre la interacción de estas dos especies no permiten demostrar que el Picaflor de Cora sea más agresivo que el Picaflor de Arica, ya que existen evidencias contradictorias. Sin embargo, sí sugieren que el Picaflor de Cora podría estar contribuyendo a la disminución de la población del Picaflor de Arica, no a través de una mayor habilidad competitiva, sino que, probablemente, a través de una mayor capacidad reproductiva y una mayor eficiencia de sus estrategias de defensa territorial. El conocimiento de la ecología y biología básica de las especies proporciona herramientas importantes para el diseño de estrategias de conservación y manejo. En particular, el estudio de la estrategia reproductiva de las especies puede ser fundamental a la hora de determinar medidas efectivas de conservación. En el caso de los estudios desarrollados resulta evidente que la alta capacidad reproductiva del Picaflor de Cora en comparación con el Picaflor de Arica es un factor que el manejo deberá considerar en el futuro. Otro aspecto a tener en cuenta es la potencial interacción entre estas dos especies durante la reproducción, con el riesgo de hibridación. Estas dos especies están estrechamente relacionadas, siendo morfológicamente muy similares (lo que muchas veces induce a errores de reconocimiento). En las investigaciones realizadas se ha reportados casos de cortejos sexuales inter-específicos. Hasta la fecha hay solo un caso certero de hibrido por estudio genético sin embargo sobre todo en los últimos dos años se han registrados en terreno individuos con un aspecto morfológico y vocalizaciones que podrían ser indicios de individuos híbridos. La formación de híbrido tiene como consecuencia la pérdida de la temporada reproductiva por parte de los padres. Una buena noticia es que los híbridos con T. cora que se han reportado en este valle no serían fértiles como se pensó inicialmente. Sin embargo, la hibridación es un posible efecto en una población excesivamente baja, ya que algunos individuos no encontrarían parejas de su propia especie y podrían decidir aparearse con otra similar.
MICROBASURALES Los microbasurales ilegales son una realidad muy común a todos los valles de la región, especialmente en el valle de Azapa, estos están destruyendo los remanentes de vegetación nativa, además de generar problema de salubridad para la población humana residente. Por otro lado, estos microbasurales son quemados periódicamente, con consecuencias serias para la especie al destruir sitios de alimentación y lugares de agregación de machos.
MALLA ANTIAFIDOS La producción de tomate fresco en la región de Arica y Parinacota ocupa el segundo lugar de cultivos hortícolas más importantes en la región en cuanto a superficie, y el primero en cuanto a actividad económica, con una superficie cercana a las 840 hectáreas, siendo la incorporación de tecnologías productivas y el clima las causas de haber logrado posicionar al valle de Azapa como el abastecedor invernal de tomates y hortalizas para el centro del país. La producción de tomates en el valle de Azapa, inicialmente se desarrolló al aire libre, en espaldera. Posteriormente, se introdujo el riego por goteo y la utilización de variedades indeterminadas, que corresponden a variedades que tienen crecimiento continuo y producción de tomates a lo largo de todo el año, aumentando notablemente la superficie cultivada en el corto tiempo de este cultivo. Sin embargo, a partir del 2008, el monocultivo de tomate se ha visto severamente afectado por enfermedades causadas por virus que disminuyen la producción y afectan al cultivo en diferentes estados de desarrollo, determinándose dos enfermedades causadas por los agentes virales: Virus del mosaico peruano del tomate (PtoMV) y Virus del estriado de las venas amarillas del tomate (ToYVSV) en la región de Arica y Parinacota y cuya principal forma de diseminación son agentes vectores, pulgones y mosquitas blancas (Bemisia tabaci (G) biotipo B.), lo cual ha motivado a los productores a utilizar de manera creciente, estructuras de protección y exclusión como las mallas antiáfidos para el control del problema. El uso de la malla antiáfidos se considera como la mejor alternativa para el control de insectos plagas, disminuyendo el uso de agroquímicos y evitando la entrada de insectos vectores durante toda la temporada de cultivo, reduciendo la incidencia de virus sobre la producción, favoreciendo el rendimiento y calibre. El cultivo bajo malla ha mejorado significativamente las condiciones fitosanitarias de los cultivos, lo que ha impactado positivamente en la producción. Los productores de la zona reciben bonificaciones para su implementación. En el año 2011, el INDAP invirtió cerca de 80 millones de pesos a favor de la implementación de mallas de ¼ de hectárea en beneficio de 54 agricultores. Esto ha contribuido a que su uso en los cultivos de hortalizas haya aumentado de forma exponencial, especialmente en el valle de Azapa. Para el 2013, se observó que la producción media (kilogramos por metro cuadrado) de tomate era de 7,6 para cultivos al aire libre y de 20,6 para los cultivos con malla. Esto ha incentivado la expansión del uso de esta técnica, la cual, destruye completamente el hábitat y potenciales y corredores ecológicos del Picaflor de Arica. Paradojalmente, esta medida que reduce la carga de pesticidas en los cultivos está causando una pérdida significativa de hábitat al bloquear el acceso de las aves a cientos de hectáreas de terreno debido a su estructura en forma de invernadero, prácticamente representan una superficie equivalente a suelo desnudo y están generando un desierto dentro de los valles fértiles del desierto de la región. Lamentablemente, en los años de conteos realizados por parte de AvesChile se reporta una clara y significativa correlación negativa entre la presencia de malla antiáfidos y la presencia del Picaflor de Arica. Por otro lado, esto también está pasando con otras dos especies de picaflores desde el año 2012. El avance de la malla antiáfidos ha sido muy drástico en el valle de Azapa, pero está también afectando otro valle clave para el Picaflor de Arica, el valle de Vítor, donde las mallas están comenzando a dominar el paisaje, tal como en Azapa.
EXPANSIÓN DE LA ACTIVIDAD AGRÍCOLA INTENSIVA La agricultura es una de las actividades humanas con mayor influencia sobre los cambios que ocurren en el paisaje y sobre los ecosistemas silvestres, por lo que se considera una de las principales amenazas para la biodiversidad. Los valles de la región de Arica y Parinacota son muy aptos para el cultivo de hortalizas, las condiciones climáticas en la zona hacen que su producción sea constante en todas las épocas del año, por lo que esta región se convierte en el abastecedor oficial de productos agrícolas para distintas regiones de Chile, especialmente la zona central. De esta manera, el uso de tierras para el cultivo se ha incrementado en los últimos años. En diciembre de 2004, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile declaró a la provincia de Arica como un lugar libre de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata). El principal efecto de esta medida fue la diversificación de la agricultura en los valles costeros de la comuna de Arica, caracterizada, hasta entonces, por el monocultivo del tomate, única hortaliza autorizada para salir fuera de la comuna, previo tratamiento cuarentenario con bromuro de metilo. La intensificación de la agricultura ha generado una mayor competencia por los recursos naturales, especialmente suelo y agua. En pocos años el costo de la tierra agrícola se ha cuadruplicado, lo que obliga a intensificar los sistemas productivos para hacer sostenible esta actividad. El Instituto Nacional de Estadísticas INE ha ejecutado al menos siete Censos Nacionales Agropecuarios (1930, 1936,1955, 1965, 1976, 1997, 2007 y 2017). Pese a esto, no se cuenta con información de todas las regiones en los primeros censos y la información varía en calidad y profundidad de los datos obtenidos en los diferentes años. En el caso de Arica y Parinacota, para los primeros registros se tiene escasa información y hasta el año 2006 esta zona era parte de la región de Tarapacá, dificultando la separación de la información. En las estadísticas disponibles, en la década 1997-2007 se presentó un crecimiento bastante considerable del uso del suelo para el cultivo de hortalizas. A partir del 2007 se presenta un comportamiento poco impredecible pero que se sostiene en el tiempo. Esto se explica por el uso de nuevas técnicas de cultivo que mejoran la productividad de las hortalizas mediante el uso de agroquímicos incluidos los pesticidas, el uso de estructuras del tipo invernadero y la intensificación en la explotación del suelo. Los datos más actualizados que se disponen a la fecha están reportados en el Cuadro 3, con una superficie de más de 2.600 hectáreas de la región destinadas al cultivo de hortalizas y a esto hay que sumarle la superficie de frutales (datos no disponibles). El valle que ha sufrido las mayores alteraciones es el valle de Azapa, éste durante las últimas cuatros décadas multiplicó por 20 la productividad de sus 3.000 ha. y se convirtió en el abastecedor invernal de hortalizas de la zona centro de Chile, alcanzando a cerca de dos millones de personas, las que consumen principalmente tomate, poroto verde, maíz dulce y pimiento, en una época en que prácticamente la única zona productora del país es precisamente el valle de Azapa. La situación de la población del Picaflor de Arica en Azapa es la más precaria, ya que todas las amenazas propuestas para la especie se expresan en su máxima magnitud en este valle. La destrucción del hábitat se ha acelerado durante las últimas temporadas, destacándose la pérdida de muchas hectáreas de árboles frutales y la cobertura de grandes extensiones de cultivo, bajo estructuras tipo invernadero (mallas antiáfidos). Además, resulta alarmante la eliminación de vegetación riparia, por el uso desregulado de la caja de río San José (rio de caudal intermitente) para actividades agrícolas, por parte de gente que, irregularmente está cultivando en la caja del río, el cual prácticamente no lleva agua, y dicha actividad ha generado la perdida de gran parte de los leks en el valle. La expansión de la actividad agrícola está también afectando otro valle importante para el Picaflor de Arica, el valle de Vítor. El sector de Chaca, ubicado en este valle ha cambiado de manera importante desde el año 2004, ya que, alentados por buenas expectativas en los precios del tomate, la buena calidad de las aguas para el riego y la disponibilidad de suelos sin los problemas sanitarios asociados a la sobreexplotación y agotamiento como los suelos de Azapa, los agricultores azapeños se volcaron masivamente a esta zona para iniciar allí el desarrollo de cultivos de mayor productividad pero asociados a un mayor uso de pesticidas. Grandes superficies de vegetación nativa fueron y están siendo reemplazadas por cultivos y se ha iniciado un activo crecimiento de la actividad agrícola, lo que motivó que predios fueran vendidos y arrendados.
DESARROLLO URBANO Y PARCELACIÓN RESIDENCIAL La urbanización es un proceso mediante el cual se modifican las condiciones previas de un lugar, con la finalidad de proveer la infraestructura necesaria para cubrir los requisitos de viviendas. Dichas modificaciones representan impactos ecológicos importantes de largo plazo y a diferentes escalas, con transformaciones tales como la remoción de cerros completos, el relleno y manipulación de cuerpos de agua, generalmente eliminando la mayoría de las coberturas vegetales preexistentes. La presión de la expansión urbana de la ciudad de Arica hacía, sobre todo, el valle de Azapa está ejerciendo un efecto negativo hacia la especie, quitándole hábitat. Si bien esta amenaza está restringida espacialmente, donde ocurre tiene un impacto muy intenso, y poco reversible, especialmente si se reemplaza vegetación nativa. Además, la presencia de habitaciones humanas tiene efectos indirectos como la perturbación humana, ruido, las mascotas (tenencia irresponsable), plantación de jardines que favorecen a otras especies.
DESAROLLO DE OBRAS CIVILES SIN CONSIDERACIONES AMBIENTALES El desarrollo de obras públicas sin consideraciones ambientales ha afectados a zonas importante para la especie. Por ejemplo, la casi total ausencia de agua en el curso del río San José (valle de Azapa), canalizado en gran parte de su extensión, ha contribuido al deterioro de la vegetación nativa de la que dependía el Picaflor de Arica. Adicionalmente, este factor ha facilitado el que muchos campesinos comiencen a cultivar en la caja del río, de paso eliminando gran parte de la vegetación nativa que aún queda. Varias de las obras ejecutadas por parte del Ministerio de Obras Públicas han generado repercusiones negativas para la especie. En el valle de Azapa se evidencia el mayor impacto, como en el sector de Pampa Gobernador que algunos años atrás había sido uno de los sitios candidatos a ser parte de la Red de Microreserva del valle de Azapa para la protección del Picaflor de Arica. Sin embargo, el lugar fue totalmente destruido por el ingreso de maquinaria y aplanamiento de la superficie, dejando el lugar privado de vegetación nativa con la consecuente ausencia, casi total, de avifauna.
CAMBIO DE TIPO DE CULTIVO Lo tipos de cultivos que se pueden encontrar en los valles de la región de Arica y Parinacota están constantemente cambiando según la presión que ejerce el mercado sobre los agricultores de la zona, es así como en los últimos años se han ido remplazando grandes extensiones de olivares y otros árboles frutales, cultivo que históricamente caracterizaba principalmente al valle de Azapa, por cultivos hortícolas de alta rotación y mayor rentabilidad como el tomate. La importancia de los olivares como sitio de nidificación para la especie está de acuerdo con la existencia de un efecto positivo de este tipo de cultivo sobre la diversidad de aves en los valles del norte de Chile. Una explicación potencial para este fenómeno es que los olivos pueden haber reemplazado a formaciones boscosas desaparecidas hace tiempo producto de la actividad antrópica. Las evidencias sobre este tipo de vegetación son pocas, pero existen algunas especies arbóreas como Myrica pavonis (oficialmente clasificada como Vulnerable) que forman pequeños bosquetes y que curiosamente tiene una forma y tipo de follaje muy similar a la de los olivos. Por el rol que están cumpliendo para el picaflor resulta preocupante la desaparición acelerada de los olivares, lo que se podría transformar en una limitante en la oferta de sitios de nidificación idóneos en un escenario para el crecimiento poblacional del Picaflor de Arica.
Arica y Parinacota ; Tarapacá
El alcance del Plan se circunscribirá al área de distribución actual e histórico del Picaflor de Arica en las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá. En el decreto se muestra el área en un mapa
Picaflor de Arica, ave endémica de Chile, deja de estar en riesgo de extinción y coexiste en los valles productivos de la región de Arica y Parinacota, donde la sociedad lo valora ecológica y socioculturalmente, protegiendo su hábitat.
• Ministerio del Medio Ambiente • Corporación Nacional Forestal • AvesChile • Universidad de Tarapacá • Observadores de Aves de Arica y Parinacota
Meta 1. Mejorar el estado de conservación del Picaflor de Arica disminuyendo su categoría a vulnerable en un plazo de 10 años.
Objetivo 1. Objetivo 1. Proteger las poblaciones actuales de la especie.
Línea 1.1.. 1.1. Implementación de un programa de control del Picaflor de Cora en la Red de Microreservas para evitar el impacto negativo sobre el Picaflor de Arica.
Acción 1.1.1.. Diseño de un protocolo de control de Picaflor de Cora en la Red de Microreservas.
Acción 1.1.2.. Aplicación del plan de control de la especie en las Microreservas activas.
Acción 1.1.3.. Monitoreo de la abundancia de Picaflor de Cora en las Microreservas activas.
Acción 1.1.4.. Evaluación del riesgo de hibridación del Picaflor de Cora para la conservación del Picaflor de Arica.
Línea 1.2.. 1.2. Desarrollo de un programa permanente de monitoreo poblacional del Picaflor de Arica.
Acción 1.2.1.. Ejecución del programa de monitoreo poblacional de la especie.
Acción 1.2.2.. Diseñar e implementar un programa de monitoreo de la especie y sus amenazas.
Línea 1.3.. 1.3. Incorporación del Picaflor de Arica en las consideraciones ambientales para la gestión de los servicios públicos.
Acción 1.3.1.. Implementar una o más mesas de trabajo con servicios públicos para incorporar consideraciones de protección del Picaflor de Arica y su hábitat en sus instrumentos de gestión.
Acción 1.3.2.. Promover ordenanzas municipales que permitan proteger el hábitat del Picaflor de Arica.
Acción 1.3.3.. Promover la consideración de las áreas de relevancia para picaflor de Arica en diferentes instrumentos de ordenamiento territorial o de otras actividades (IPT, PLADECOS, PLADETUR, entre otros)
Línea 1.4.. 1.4. Desarrollo de un programa de Buenas Prácticas Agrícolas para generar un paisaje amigable con la conservación del Picaflor de Arica en torno a la red de Microreservas.
Acción 1.4.1.. Generar y publicar manuales o documentos técnicos de buenas prácticas agrícolas que favorezcan la conservación del Picaflor de Arica.
Acción 1.4.2.. Conformar una mesa de trabajo para promover la incorporación de buenas prácticas agrícolas atingentes y aplicables a la conservación del Picaflor de Arica.
Acción 1.4.3.. Capacitar a los agricultores en el uso de buenas prácticas agrícolas.
Acción 1.4.4.. Evaluar la factibilidad de implementar un sistema de certificación ambiental para empresas y agricultores e identificar instrumentos para incentivar prácticas productivas compatibles con el Picaflor de Arica.
Línea 1.5.. 1.5. Promoción de actitudes positivas a la conservación del Picaflor de Arica entre la población.
Acción 1.5.1.. Implementación de un programa de educación ambiental para público objetivo.
Acción 1.5.2.. Involucrar a las comunidades aledañas a las Microreservas en la protección de éstas.
Acción 1.5.3.. Capacitar a los gestores turísticos de la zona sobre la importancia del Picaflor de Arica y su hábitat.
Objetivo 2. Objetivo 2. Promover la recolonización de la especie dentro el rango de distribución histórico.
Línea 2.1.. 2.1. Mejoramiento de la conectividad del paisaje a través de la restauración y conservación de ecosistemas riparios.
Acción 2.1.1.. Identificar tramos del río San José susceptibles a un manejo para mejorar las condiciones de la vegetación nativa riparia.
Acción 2.1.2.. Mejoramiento y mantención de los tramos previamente identificados.
Línea 2.2.. 2.2 Implementación de un programa de conservación ex situ de picaflor de Arica para el reforzamiento de las poblaciones silvestres.
Acción 2.2.1.. Diseñar un programa de conservación ex situ que defina los requerimientos técnicos, logísticos, administrativos y económicos para la construcción y operación de un centro de reproducción
Acción 2.2.2.. Establecer alianzas estratégicas para la creación del centro de reproducción y búsqueda de financiamiento.
Acción 2.2.3.. Desarrollar una fase de prueba del centro utilizando Picaflor de Cora como primer modelo.
Acción 2.2.4.. Implementación del programa de reproducción con Picaflor de Arica (En el caso haya éxito en reproducir la especie, esta acción será llevada a cabo hasta que la especie este recuperada)
Acción 2.2.5.. Diseñar una estrategia y protocolos de reintroducción de aves nacidas en cautiverio, incluyendo monitoreo y seguimiento de las mismas.
Objetivo 3. Objetivo 3. Constituir y mantener una red de microreservas para la protección del hábitat de picaflor de Arica.
Línea 3.1.. 3.1. Identificación de sitios críticos para la conservación del picaflor de Arica (leks y áreas de nidificación).
Acción 3.1.1.. Delimitación cartográfica de sitios de importancia para la especie como leks, sitios de nidificación, áreas de alimentación y de conectividad (durante períodos reproductivo y no reproductivo).
Acción 3.1.2.. Priorización de sitios para su incorporación en la Red de Microreservas.
Línea 3.2.. 3.2. Incorporación de sitios críticos para la especie a la Red de Microreservas.
Acción 3.2.1.. Contacto con propietarios de sitios críticos.
Acción 3.2.2.. Diseño y firma de acuerdos con propietarios dispuestos a participar de la Red de Microreservas.
Acción 3.2.3.. Elaboración de un plan de manejo para las Microreservas nuevas.
Acción 3.2.4.. Búsqueda de fondos para la adquisición de sitios no adscritos a los acuerdos y su posterior gestión.
Acción 3.2.5.. Manejo de las Microreservas para la conservación del Picaflor de Arica.
Línea 3.3.. 3.3. Incorporación a la Red de Microreservas de sitios fiscales con potencial para expandir la presencia de la especie.
Acción 3.3.1.. Identificación de sitios fiscales con potencial de inclusión en la Red de Microreservas. Se priorizará la incorporación de sitios que apunten a recuperar la población de Azapa, en su tercio superior, y a reestablecer un núcleo poblacional en el valle de Lluta.
Acción 3.3.2.. Tramitación del traspaso de los sitios fiscales a la Red de Microreservas al sistema nacional de áreas protegidas, considerando también áreas de la red ubicadas en la distribución actual
Línea 3.4.. 3.4. Restauración y manejo del hábitat en Microreservas para atraer a la especie.
Acción 3.4.1.. Elaboración de planes de manejo y restauración del hábitat para las Microreservas nuevas.
Acción 3.4.2.. Ejecución de acciones de restauración del hábitat en las Microreservas.
Acción 3.4.3.. Evaluación de impacto de acciones de restauración.
Línea 3.5.. 3.5. Plan de Gestión de la Red de Microreservas
Acción 3.5.1.. Elaboración del Plan de Gestión para la Red de Microreservas
Acción 3.5.2.. Conformar el comité de gestión de la red acorde el modelo definido en el Plan de Gestión.
Acción 3.5.3.. Seguimiento gestión de la Red de Microreservas

El uso de esta cartografía no presenta restricción, sin embargo es necesario aclarar el carácter referencial de la base debido a su origen. Los mapas publicados en este sitio que se refieran o relacionen con los límites y fronteras de Chile no comprometen en modo alguno al Estado de Chile, de acuerdo al Artículo 2°, letra G del Decreto con Fuerza de Ley N° 83 de 1979 del Ministerio de Relaciones Exteriores y la rectificación del Decreto Supremo 432 de 1954 (DOF 23.004) del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en el Diario Oficial del 5 de abril de 1955.