El valle de Lluta es un corredor biológico que conecta la cordillera con el mar. Es un refugio para la biodiversidad, especialmente para las aves entre las que destacan aves migratorias, como los chorlos y playeros, que utilizan el sector como lugar de descanso y alimentación en sus rutas continentales, y aves emblemáticas como el flamenco chileno, el pato jergón chico, el cisne de cuello negro, el gaviotín sudamericano y el cóndor andino. El valle de Lluta también posee una rica vegetación, que se adapta a las condiciones climáticas extremas de la región siendo las más representativas el chañar, el algarrobo, el tamarugo, el cachiyuyo y la totora.